Eduardo Cruz
La elección de los 54 cargos en instituciones y poderes del Estado debilita más al Gobierno que a la oposición, asegura la comandante guerrillera Dora María Téllez.
Aunque el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) copó la mayoría de los 54 cargos, Téllez asegura que el presidente inconstitucional Daniel Ortega no logró la legitimidad que estaba buscando, sino que por el contrario, se mostró la verdadera cara del orteguismo, que es concentrar el poder y tener políticos de oposición “zancudos”.
Sin embargo, Gadea asegura que el líder del PLI, Eduardo Montealegre, se “dignificó” porque el partido no fue partícipe de la elección de los 54 cargos. “Muchos ven derrotado a Montealegre, pero él levantó al partido al no aceptar esa elección”, dice Gadea.
Para Gadea, quienes quedaron mal fueron los opositores que aceptaron cargos en el Estado “por un salario”. “Cayeron rendidos ante una magistratura y ante un salario, eso abunda”, criticó Gadea.
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Según la comandante guerrillera, Ortega no logró involucrar a la oposición en un pacto. Contrario a ello, el sandinismo mostró que es “dueño” del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), al cual premió con cargos, entre ellos el de contralora para la hija del expresidente Arnoldo Alemán, María Dolores.
Téllez también aseguró que la única manera de que Ortega “modifique su conducta” es con la presión popular, que exista una “movilización popular”.
EL PODER DE ORTEGA
El FSLN es actualmente mayoría en la Asamblea Nacional, en los Consejos Regionales, tanto del Caribe norte como del sur y también acaparó la mayoría de los 54 cargos en instituciones y poderes del Estado, que se eligieron la semana pasada en el parlamento.
Los poderes judicial y electoral están dominados totalmente por el FSLN, ya que tienen el número suficiente de magistrados sandinistas para no depender de los votos de los representantes de los otros partidos para tomar una decisión.
El presidente inconstitucional Daniel Ortega nunca había tenido tanto poder, excepto cuando gobernó en los años ochenta, solo que, explica la comandante guerrillera Dora María Téllez, en aquella época el poder era del partido FSLN. Ahora Ortega tiene un poder personal y familiar.
En los años ochenta, dice Téllez, “los ministros tenían fuerza. Ahora ni siquiera se sabe quiénes son”.
El Partido Liberal Constitucionalista (PLC) resultó “ganancioso” porque obtuvo una cantidad de cargos que no corresponden con el número de diputados que tienen en la Asamblea, solamente dos, explica el analista Alfonso Valle, catedrático de Relaciones Internacionales.
Valle indica que el Partido Liberal Independiente (PLI) y el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que son las fuerzas que se perfilan como principales opositores, no están siendo una alternativa al FSLN.
En cambio, el FSLN se consolida incluso con el aval de la empresa privada, la cual no cuestiona las acciones del Gobierno y más bien aprovecha para obtener cargos que le interesan, como la magistratura en el poder judicial de Carlos Aguerri Hurtado.
“Al PLI y al MRS no les veo un proyecto de oposición. Son contestatarios a determinados hechos, pero no presentan un proyecto de nación. Eso los hace débiles y seguirán siendo débiles”, afirma Valle.
En el caso del PLI, Valle añade que no le salieron favorables las cosas en su diálogo con el FSLN previo a la elección de los 54 cargos, y por eso al final se retiró de la sesión en el parlamento. Montealegre reveló que el FSLN les pedía votar por Roberto Rivas y se negaron.
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