Aunque sin proponérselo, Darrell Campbell se volvió un tenaz perseguidor de la excelencia. Quizá porque con el tiempo entendió que era la única opción que le quedaba.
Después de seis años de errático desempeño con su bate, Campbell se propuso entrenar tan duro como fuera posible y los resultados han superado sus expectativas.
“He trabajado muy duro y me he empeñado en ser mejor cada día, pero creo que sobrepasé lo que yo esperaba”, señala con sencillez el mejor bateador de la Liga.
Campbell acumula .493 en su promedio ofensivo, tras coleccionar siete cañonazos en 12 turnos ante los Toros, para una labor global de 69 hits en 140 chances.
Ese accionar sería sorprendente si no tomamos en cuenta que Darrell lideró a los bateadores en el torneo pasado con .413, el promedio más alto conseguido por un cañonero costeño en la historia.
“Lo interesante es que descubrí que tenía talento y que iba a depender de mí el desarrollarlo o no. Eso me motiva cada día porque veo el progreso”, reflexiona.
Entre el 2002 y 2008, Campbell pasó sin éxito por cinco equipos. Tuvo promedio de .000 dos veces, .083 en otra campaña y .111 en una más. En 2009 cambió la historia.
“En 2008 tuve buen desempeño con la Unica (.387), pero como no lo había hecho muy bien antes, supongo que no se me tomó en serio”, reconoce el cañonero, quien no obstante, es ahora una referencia.
Su mentalidad, desarrollada en sus años en la universidad American College, donde estudiaba Ingeniería en Sistemas, seguro lo está ayudando también.
“He entendido que esto de batear es hacer ajustes constantemente. Pongo atención a los detalles y si no lo aprecio yo, lo ven mis entrenadores y me ayudan”, dice.
Campbell da crédito de su progreso a Carel Lampson y a Ruel Hunter, coaches de la Costa. Ellos están pendientes de cada ejecución y luego se lo hacen saber a Darrell.
“A veces yo mismo descubro qué pasó cuando fallo. Quizá me adelanté o retrasé mi swing. Dejé de ver la bola o coloqué mal los pies. Otras veces lo ven ellos”, asegura.
Nacido en Bluefields, hace 32 años, Campbell disfruta de su mejor momento, pero también del ritmo del equipo costeño, que una vez más, tiene la mente en el título.
“Entre ganar el título de bateo o ser campeón con mi equipo, prefiero lo segundo, pero mi meta es trabajar para ambos objetivos”.
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