KIEV/AP
Varios cientos de personas desfilaron el domingo por la capital de Ucrania en conmemoración de la brutal deportación de toda la población de tártaros de Crimea hace 70 años, mientras que unos 20.000 miembros de ese grupo étnico se manifestaron en la principal ciudad de la península.
Las manifestaciones en ambas ciudades fueron también en protesta por la anexión de Crimea a Rusia, que reavivó las viejas heridas para los tártaros crimeos y provocaron temores de una nueva discriminación bajo el régimen de Moscú.
Los nuevos líderes de Crimea, respaldados por el Kremlin, se habían negado a permitirle a los tártaros que realizaran una manifestación en la plaza central, por lo cual se congregaron cerca de una mezquita en las afueras de la ciudad.
La agencia de noticias Interfax Ucrania dijo que la multitud silbó indignada cuando dos helicópteros militares rusos sobrevolaron a bajo nivel a los manifestantes. Los tártaros, un grupo étnico túrquico, actualmente integran hasta el 12% de la población de Crimea, pero controlaron la península del Mar Negro desde el siglo XV hasta que los rusos la ocuparon en el siglo XVIII.
En mayo de 1944, poco antes que las tropas soviéticas expulsaran a las fuerzas alemanas de Crimea, Josef Stalin acusó a los tártaros de colaborar con el enemigo y ordenó su deportación. Unos 250 mil fueron transportados en trenes de carga hasta el Asia Central, donde más del 40% murió de hambre y enfermedad.
Muchos tártaros regresaron a Crimea antes y después del colapso de la Unión Soviética, que llevó a Crimea a formar parte de una independiente Ucrania.
Los tártaros respaldaron las protestas callejeras contra el gobierno que llevaron al derrocamiento del presidente pro ruso Víctor Yanukóvich y respaldan al nuevo gobierno ucraniano en su condena a la anexión de la península a Rusia.