El presidente de la Federación Nacional de Cooperativas (Fenacoop), Sinforiano Cáceres, manifestó su preocupación ante la posibilidad de una hambruna en el país.
“Todavía no hay señales de hambruna porque las reservas de semillas (para sembrar) la gente las está utilizando para comer, pero yo creo que en un mes más el tema se nos puede complicar”, consideró Cáceres.
A esta situación se le suma que los tres períodos tradicionales de siembra del actual ciclo agrícola (primera, postrera y apante) se fundirían en una sola oportunidad de siembra, como consecuencia de la sequía que vive Nicaragua, consideró la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG).
Aún no hay fecha segura para esa oportunidad de siembra, pues depende de la llegada de las primeras lluvias.
Según Sinforiano Cáceres, la prioridad actual es “cómo asegurar la alimentación para el ciclo de primera y qué hacer si postrera se prolonga, porque si no hay primera, ni postrera, tenés hambruna en el país”.
Fenacoop trabaja con más de cuatrocientas cooperativas agropecuarias y de otros servicios a nivel nacional, esto representa a unas cuarenta mil familias que dependen de lo que generan las cooperativas.
Muchas de las áreas ocupadas para la siembra de chía generalmente eran para la siembra de frijol rojo. Esto provocó una caída en la producción del grano, consideran comerciantes de Estelí, quienes dicen tener referencias de este problema por los intermediarios.
Francisco Castillo, comerciante del Mercado Alfredo Lazo, de Estelí, afirmó que le ha costado conseguir frijol rojo, por el que ha tenido que viajar hasta las montañas de Jinotega y Matagalpa, donde ya está agotado el producto. Uno de los fuertes acopiadores de frijol de Estelí es la empresa Compra de Granos del Norte, que informó que ya no tiene frijol rojo.
ROBERTO MORA
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En algunas zonas del país como Chinandega, Estelí y Madriz, por el retraso en la siembra de primera, los productores han vendido sus animales de patio, el ganado e incluso las semillas que tenían reservadas para sembrar.
Además, algunos campesinos se han dedicado a “buscar oficios temporales” para mitigar las consecuencias de la falta de lluvia.
No obstante, según el presidente de la UNAG, Álvaro Fiallos, productores de Estelí, Madriz y Nueva Segovia le manifestaron durante una reunión que sostuvieron el viernes, que no pierden la esperanza de que llueva “para ver qué hacen”.
“No vamos a tener una cosecha de primera o de postrera, vamos a tener una sola cosecha en el ciclo, ¿cuándo se va a sembrar? ¿cuándo se va cosechar? Va a depender de cómo va la lluvia”, enfatizó Fiallos.
Generalmente el ciclo agrícola nacional comprende tres subperíodos, iniciando en mayo con el arranque de las lluvias, y se extiende hasta marzo del siguiente año. En la siembra de primera se cultivan principalmente granos básicos (maíz y frijol).
“Si hasta el 3 de octubre llueve, hasta el 3 de octubre sembramos”, fue lo que según Fiallos le dijeron los productores del norte.
La situación es más dura en al menos sesenta municipios que están en la zona seca, donde se siembran principalmente granos básicos. “Las lluvias son mínimas, pero eso no significa que haya desánimo”, enfatizó Fiallos.
DOS MESES ASEGURADOS
Fiallos manifestó que con la importación de veinte mil toneladas de frijoles (unos 440,000 quintales) y 73,000 toneladas métricas de maíz blanco, solo permitirá asegurar el consumo de los próximos dos meses, tomando en cuenta, por ejemplo, que el país consume en promedio doscientos mil quintales de frijol mensuales.
El ministro de Fomento, Industria y Comercio (Mific), Orlando Solórzano, aseguró, según publicó un medio oficialista, que los primeros embarques de frijol y maíz llegarán en julio.
El presidente de la Cooperativa Agropecuaria de Productores de Semilla de Carazo (Caprosec RL) René Navas, dijo que la importación vendrá a “paliar un poco el precio del frijol”.
Según datos del Centro de Trámites de las Exportaciones, al 20 de junio de este año el país ha exportado 369,571 quintales de frijol rojo, inferior a los 584,456 vendidos en el mismo período del año pasado.
Es decir que en el país hay 214,885 quintales que no se han exportado, más el excedente de la cosecha de frijol que se deja cada año para el consumo local. “¿Dónde está y quiénes tienen los frijoles? Es la gran pregunta”, se cuestiona Fiallos.
Sobre la calidad del frijol importado, Navas dijo tener “dudas”, porque “frijoles rojos se producen más que todo en Centroamérica. Entonces hay que ver la calidad del frijol que va a venir. ¿Qué es lo que van a ofrecer?”.
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