BAGDAD / AFP
Los yihadistas sunitas que realizan una ofensiva fulgurante en Irak proclamaron la creación de un “califato” en las zonas bajo su control en Irak y Siria. El acontecimiento, que pone en peligro la continuidad de las fronteras actuales, podría provocar la cólera de la comunidad chiíta mayoritaria en Irak e Irán, así como reacciones alarmistas en los países occidentales y en los árabes, considerados moderados.
En Irak, el anuncio se produce cuando las fuerzas iraquíes intentan retomar las regiones conquistadas por el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), en una rápida ofensiva el 9 de junio. El EIIL, que desde ahora se hace llamar “Estado Islámico”, advirtió que todos los musulmanes del mundo tenían el “deber” de jurar lealtad a su jefe, Abu Bakr al Baghdadi, proclamado “califa”, según una grabación de audio difundida en internet el domingo, primer día de ramadán.
REACCIÓN DE EE. UU.
Estados Unidos informó ayer que las declaraciones de los extremistas sunitas sobre la creación de un “califato islámico” “carecen de significado”. “Ya hemos visto este tipo de fórmulas” empleadas por el EIIL, comentó la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki. “El EIIL solo trata de controlar a la población mediante el terror”.
El califato, cuyo jefe representa el sucesor del profeta Mahoma como “emir de los creyentes” en el mundo musulmán, es un régimen que desapareció tras el desmantelamiento del Imperio Otomano.
El Estado Islámico marcó la pauta con el anuncio del califato. “Musulmanes (…) rechazad la democracia, la laicidad, el nacionalismo y el resto de basuras de Occidente. Volved a vuestra religión”, apuntó su portavoz, Abu Mohamad al Adnani, en una grabación.
La ofensiva de los insurgentes cuenta con el apoyo de los exoficiales de Sadam Husein, de grupos salafistas y algunas tribus.
Ver en la versión impresa las páginas: 8 A