Tammy Zoad Mendoza M.
Nunca habían usado guantes o medias. Ahora deberán llevarlos todos los días, a toda hora. Son prendas especiales de tela elástica que se ajustan a sus brazos, piernas o rostro para proteger y hacer presión a la piel quemada. Es parte del tratamiento de presoterapia que apoya la Fundación Wisconsin Nicaragua Partners en coordinación con el Hospital Lenín Fonseca.
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“A veces la población de zonas rurales no solo desconoce, ve como inalcanzables estos tratamientos. La presoterapia es importante en el proceso de recuperación de las quemaduras porque es una prenda que no solo protege, sino que evita la formación de queloides o sinequia, que son las adherencias de la piel que dan como resultado que los brazos, dedos o el cuello se peguen a medida que la piel va cicatrizando”, comenta el doctor Leandro Pérez, voluntario y jefe del área de quemados y cirugía plástica del hospital Lenín Fonseca.
Es la primera vez que Juana Amador Manzanares, de 19 años, usa estas medias y guantes. La picazón es normal y en unas semanas ya estará acostumbrada a llevar esta segunda piel que solo debe quitarse cuando se bañe. Ella, su hermano, su pareja y otras cinco personas han viajado desde Aguas Gatas, Región Autónoma del Atlántico Norte, para recibir sus prendas. Todos son sobrevivientes de la explosión de un tanque de gas que dejó 17 víctimas con quemaduras graves el pasado 11 de mayo en dicha localidad.
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