- “El Irtramma y MPeso no han tenido una acción beligerante y la evidencia es que un nicaragüense que viene del interior del país no debería de encontrarse con el problema de no poder montarse en los buses”.
- Ingeniero Agustín Jarquín Anaya.
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Roy Moncada
La imposición del pago electrónico en el pasaje de las rutas de Managua fue con la excusa de que era parte de la modernización del transporte colectivo; sin embargo, a casi un año de cumplirse el primer aniversario de poner en marcha este sistema, que provocó malestar en los usuarios, se evidencia que solo fue un “disfraz” para beneficiar a una empresa en el negocio.
Que el Instituto Regulador del Transporte del Municipio de Managua (Irtramma) obligara que los cuatrocientos mil usuarios utilizaran la tarjeta de MPeso para subirse al bus tuvo su precio, que fue pagado por los mismos pasajeros: pasar largas horas en largas filas para obtener una tarjeta recargable, buscar de forma desesperada un centro de recarga o comprar en reventa un pasaje por cinco córdobas.
El ingeniero Agustín Jarquín Anaya, quien ha seguido de cerca la llamada modernización, argumenta que el nuevo tipo de cobro no tuvo un impacto significativo en el mejoramiento del transporte, solo el mínimo de agilizar el pago del pasaje.
Los buses llenos en horas pico que no cubren los horarios nocturnos y el deterioro prematuro de las unidades son los señalamientos que hace Jarquín Anaya para asegurar que el transporte no ha mejorado en los últimos años.
“Para los usuarios no ha tenido mayor beneficio (el sistema de tarjetas) más que el trámite del pago sea más corto, pero mayor beneficio no”, agrega Jarquín, quien recomienda que se ponga en práctica un estudio que realizó la cooperación japonesa para el transporte de Managua.
El drama observado en los usuarios del transporte capitalino, a partir de que empezó el cobro electrónico, activó a los sectores que protegen a los usuarios. Tal es el caso de la Organización para la Defensa de los Consumidores (ODC), que en su momento denunció que desaparecer el pago en efectivo violaba la Constitución Política de Nicaragua porque “se negaba el derecho al transporte público”.
Ricardo Osejo, director de la citada organización, explica que el sistema inició “con pie izquierdo” y por eso dio problemas constantemente. Fue hasta que cambiaron un software que mejoró.
A un año “vemos una empresa que no tiene infraestructura para dar respuesta a los usuarios del transporte de la ciudad. Hay lugares que son puestos de recarga, pero cuando llegás no existen”, menciona Osejo.
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