German García
El vuelo llegó a las 9:40 p.m. precedente de México, donde los pequeños héroes lograron conseguir la medalla de oro en el Torneo Panamericano de Beisbol Infantil AA (11-12 años). Esperaron durante una hora mientras el periodismo oficialista los entrevistaba y los miembros de la juventud se tomaban fotos para salir casi a las 11 de la noche del aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino.
Los rostros infantiles al tocar su país se mostraban llenos de emoción y con el corazón en la mano. Los pequeños guerrilleros desfilaron del salón VIP hasta el bus que los esperaban mientras que unas 200 personas de la juventud gritaban y celebraban la llegada de los nicaragüenses.
Aunque entrevistarlo era casi imposible por la custodia Policial, la mamá de Samuel Mendoza dejó que su hijo brindara declaraciones, el niño que fue nombrado como el mejor lanzador del Torneo Panamericano al conseguir dos victorias, una contra Venezuela y otra ante los Estados Unidos.
“Esto es historia y agradezco a la gente. Ahora viene la celebración y disfrutar que somos campeones. Le digo al pueblo que se sienta alegre porque esto que logramos es para ellos, y estoy contento de haber representado a mi país, además aliento a que los otros niños sigan trabajando duro”, indicó Mendoza.
“No me asustaron los estadounidenses. Me sentía nervioso en la colina pero con la ayuda de dios nos sentíamos bien. Me siento orgulloso porque trajimos la medalla de oro a Nicaragua”, agregó.
Por otro lado el jugador más pequeño del torneo en estatura Jonathan Dormes, pero grande con en la receptoría, se emocionó a la llegada. “No me sentí nervioso porque ya he caminado en selecciones, cuando pisé este suelo nuestro, lo primero que hice es darle gracias a Dios por el largo viaje, por las fuerzas y las fortalezas”.
Cuando en el último episodio los norteamericanos conectaron un cuadrangular dándole la vuelta al marcador Dormes dijo que se le acercó al lanzador Julio Hurtado. “Mi pitcher estaba muy decepcionado y le dije que se tranquilizara y le decía que si íbamos a aganar, y pues ahora nos sentimos como héroes”.