Países pobres con desafíos comerciales

[imported_image_600x400_1406083215_LAS CLAVES DEL ACUERDO BALI]

Wendy Álvarez Hidalgo

Unas 160 economías, tan grande como la de China, y tan pequeñas como la de Nicaragua, se preparan para aplicar en el próximo quinquenio un paquete de medidas encaminadas a la liberalización de sus intercambios comerciales, mediante la agilización de los servicios y abaratamiento del costo.

La meta: reducir los costos en el movimiento de mercancías a nivel mundial entre 10 y 15 por ciento, lo que le permitirá a la economía global beneficios por hasta un billón de dólares.

Son 37 medidas que los países deberán adoptar de manera gradual y que fueron pactadas en común acuerdo durante un histórico encuentro de los miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Bali, Indonesia, en diciembre de 2013. Este organismo promete para las naciones en desarrollo asistencia técnica y financiera para ayudar a lograr la meta planteada.

Y es por eso que el director general de la Organización Mundial del Comercio, Roberto Azevêdo, cree que serán los países en desarrollo los que más se beneficiarán con este pacto comercial global, mediante un aumento de sus ingresos fiscales, la atracción de mayor inversión extranjera y mayor interacción comercial con las grandes economías.

El acuerdo de Bali, precisa Azevêdo, ayudará “a la mejora de las oportunidades para empresas de servicios de los países más pobres”, sostiene. Y además se crearán 21 millones de empleos, “la mayor parte de ellos en los países en desarrollo”.

Los países miembros de la OMC tienen hasta el 31 de julio para revisar y ratificar en primera instancia el texto adoptado en Bali. No se esperan cambios sustanciales en el mismo.

Pero ¿cuál es la ruta trazada por la OMC para avanzar en la liberalización del comercio? El ingrediente medular del acuerdo está referido a medidas vinculadas a la Facilitación de Comercio, que abarca desde reducir la tramitología hasta promover un mayor uso de tecnología en toda la matriz comercial del planeta.

Josep Bosch, portavoz de la división de información y relaciones exteriores de la OMC, explica que en el marco de la implementación de este pilar se requerirá de mayor transparencia y menos burocracia en los servicios vinculados al comercio, disciplinas en materia de cargas y sanciones, y medidas más expeditivas de despacho aduanero.

El último punto implicará que los pagos aduaneros se hagan vía electrónica, que las empresas hayan avanzado en la tramitología del movimiento de la mercancía antes de llegar al puesto fronterizo, ya no habrá obligatoriedad del uso de agentes aduaneros y mayor cooperación aduanera entre los países más cercanos, entre otros.

La implementación de todas las medidas pactadas en este pilar permitirá que en países en desarrollo, como Nicaragua, por ejemplo, los costos operativos de comercio se reduzcan entre 13 y 15 por ciento.

Y es que según Bosch en algunos países en desarrollo el costo por el movimiento de la mercancía supone hasta el diez por ciento del valor de esta, que incluye costos bancarios, seguros, costos aduaneros, obtención de información comercial, transporte y logística, entre otros.

Inclusive, señala que “en algunos países en vías de desarrollo son superiores al promedio de los aranceles industriales”. El objetivo es reducirlo a un cinco por ciento.

El abaratamiento del movimiento de mercancías es apremiante, porque según cifras facilitadas por Bosch de ese diez por ciento de costo sobre el valor de una mercancía, siete por ciento tiene su origen en costos de documentación y burocracia.

AYUDARÁN A IMPLEMENTARLO

Pero para adaptar la transformación que se exige en el pilar referido a la facilitación del comercio, los países, sin excepción, necesitarán invertir en infraestructura, capacitación y modernización del sistema operativo relacionado con el comercio.

En Nicaragua ya se calcula una necesidad financiera de entre unos 250 y 300 millones de dólares, es decir cerca del tres por ciento del Producto Interno Bruto de 2013, que totalizó 11,255 millones de dólares.

Y es precisamente en la OMC donde Nicaragua tiene la oportunidad de conseguir apoyo para implementar gradualmente todas las transformaciones que se comprometió a hacer en su matriz comercial. Resulta que el acuerdo da esa prerrogativa.

“Una parte del acuerdo se refiere a la prestación de asistencia a los países en desarrollo y los países menos adelantados para que pongan al día su infraestructura, para que capaciten a funcionarios de aduana, o para ayudarles a cubrir cualquier otro costo relacionado con la aplicación del acuerdo”, sostiene Bosch.

Son los países desarrollados los que una vez que ratifiquen el acuerdo deberán poner en marcha todos los aspectos relacionados con la facilitación del comercio, a excepción de las naciones pobres que podrán aplicar las medidas, “implementarán al ritmo de sus posibilidades y sujeto a ayuda y capacitación técnica”.

El fondo es conocido como Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, lanzado oficialmente ayer por el organismo, y podrán tener acceso todos los países en desarrollo y menos adelantados que hayan adoptado el protocolo de los acuerdos de Bali.

En el marco de ese apoyo, la OMC asistirá a los países en la evaluación de sus necesidades específicas e identificar posibles asociados para el desarrollo que les ayuden a resolver esos obstáculos.

Además se creará una plataforma entre el país asistido y el donante, de tal manera que la información entre ambas partes fluya durante el período de apoyo.

Pamela Ugaz, consultora de la sección de la Facilitación del Comercio, división de Logística Comercial, sector de Tecnología y logística, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), explicó que los países son los que deberán solicitar el apoyo ante el director general de la OMC para que este actúe de facilitador a fin de obtener fondos para la ejecución de proyectos específicos.

Ugaz explica que serán los países en desarrollo los que deberán explicar ante el organismo qué área de la modernización de su sistema necesitarán acompañamiento y capacitación por parte de técnicos de esta organización.

El director de la OMC dijo en un reciente encuentro con periodistas de América Latina: “Los donantes han demostrado voluntad e interés en querer participar en el fondo”.

Entre los organismos internacionales que han mostrado su interés de apoyar esta iniciativa figura el Banco Mundial, la Comisión de Naciones Unidas para América Latina, África, Asia y Europa, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Centro Internacional de Comercio, los que están dispuestas a colaborar con los países que quieran utilizar el mecanismo de asistencia.

Los funcionarios de la Organización Mundial del Comercio se reunieron este mes con periodistas económicos de América Latina e impartieron varios seminarios sobre comercio mundial, en el marco de un programa impulsado por la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) y la OMC en su sede, Ginebra.

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