Luis Eduardo Martínez
Haber lanzado piedras para contener la caravana y que otros desconocidos atacaran a balazos a los simpatizantes orteguistas que regresaban de celebrar el 19 de julio en Managua es la imputación que la Fiscalía hizo a tres campesinos de filiación sandinista, a quienes un juez de Matagalpa les impuso la medida de prisión preventiva.
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Matamoros asegura que además a una de sus hermanas y a dos de sus primos también los han llamado para amenazarlos. Agregó que una finca que su esposa tiene a unos 12 kilómetros de Ciudad Darío, donde viven sus suegros, ayer amaneció rodeada por miembros del Ejército.
“La Policía se debe enfocar y no permitir que esto se polarice políticamente y que los responsables tengan que pagar, pero con pruebas, ojalá sean confesos para que los que están siendo acusados y estamos siendo amenazados y amedrentados quedemos satisfechos y no quede el mal sabor de que la Policía se parcializó”, dijo.
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Gonzalo Carrión dijo que las dudas que genera la acusación solo se despejarían en un proceso público y agregó que este “está muy enrarecido” y se cuestionó sobre “¿cómo es (un delito) común con involucrados que hasta ahora arrestados y reprimidos son ciudadanos con activismo político?”. Señaló que tanto sospechosos y víctimas son afines a un partido político.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, criticó el hecho de que el interior de los tribunales, al momento de la audiencia, estuviera totalmente militarizado.
Núñez refutó lo dicho por la fiscal Ana Julia Guido, diciendo que el Código Penal no tipifica delitos de carácter común y político. Refirió que tomando en cuenta quiénes fueron las víctimas “tiene ribetes políticos”.
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Los hermanos Juan José y Gregorio Torres Espinoza, así como Erick Antonio Salgado González están siendo procesados en el Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias de Matagalpa, como presuntos coautores de conspiración y proposición en la comisión de los delitos de crimen organizado en concurso real con los delitos de asesinato y lesiones gravísimas.
Los tres acusados, junto con un adolescente, fueron los primeros en ser detenidos luego que cuatro personas murieron y otras 22 fueron heridas en una emboscada en el sector de El Carmen, kilómetro 76 de la Carretera Panamericana Norte, municipio de Darío, Matagalpa, la noche del 19 de julio.
Esa misma noche, otros vehículos que trasladaban a los orteguistas procedentes de Managua fueron atacados a balazos en Wabule, en la ruta entre San Ramón y Matiguás, donde un joven murió y otro fue herido; pero las autoridades policiales se mantienen herméticas y siguen sin precisar si hay vínculos entre ambos ataques.
Durante la audiencia preliminar por el ataque a la caravana en Darío, la fiscal auxiliar Yessenia Dolmus Hernández sostuvo este jueves que los hermanos Torres se reunieron el 16 de julio con cuatro desconocidos en la comunidad Las Pilas, Darío —de donde son originarios— “a fin de planificar un acto criminal en contra de simpatizantes del Frente Sandinista”, el cual ejecutarían el 19 de julio.
“Para evitar levantar sospechas”, presuntamente Juan José y otro sin identificar se reunieron a la 1:30 p.m. del 17 de julio en el sector de La Gallera, Tipitapa, Managua, donde habrían planificado y distribuido tareas, refirió la fiscal.
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Agregó que “un primer grupo”, dirigido por Juan José, “llevó a cabo la labor de identificación y contención de la caravana de buses lanzando piedras a la misma”, para lo cual convocó a Gregorio y Franklin Torres Espinoza, así como a Erick Antonio Salgado González, “a quienes les hizo la oferta de quinientos córdobas cada uno para realizar tales actos”.
Según la acusación, mientras los acusados contenían a pedradas la caravana, tres desconocidos con escopetas y un fusil AK dispararon contra la caravana, provocando la muerte de Vilma Argentina Benavides Gómez, Esther Ligia Vásquez Barrera, Germán Adrián Martínez Hernández y Yáder Francisco Sáenz Potoy. Mientras tanto, otras 22 personas aparecen como ofendidas en el escrito de acusación.
Previo a la audiencia, Juan José Torres declaró a los medios que nada tuvo que ver en los acontecimientos e insistió en que junto con los otros acusados había ido a los festejos orteguistas en Managua.
Negando haber apedreado a la caravana, Juan José dijo que al momento de los sucesos ellos estaban en la entrada a Terrabona, donde fueron detenidos.
Sin embargo, al finalizar la audiencia y antes de firmar el acta de la misma, admitió que sí se reunió con tres hombres a los que identificó con los apodos de “Alacrán, Lucio y Pichinga”, “para ir a hacer una tragedia, apedrear a los buses”.
La declaración sorprendió al defensor Carlos Baltodano Méndez, quien se refirió a las expresiones faciales de sus representados indicando que “los conozco y desde que llegaron les tendí la mano y no me reconocieron, además están hablando con la lengua arrastrada, entonces supongo que algo andan porque ellos no son así”.
Igual opinó Pablo Torres Espinoza, primo hermano de dos de los acusados, quien relató que “me crié con ellos y no son así, ni siquiera me reconocieron al verme, me imagino que están bajo (efectos de) alguna sustancia y tal vez eso los hace decir cosas que no tienen razón”.
PRISIÓN PREVENTIVA
Durante la audiencia, el defensor Carlos Baltodano alegó que la acusación contra Erick Salgado y los hermanos Juan José y Gregorio Torres era imprecisa, calificándola como “novelesca”.
Sin embargo, el suplente del Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias de Matagalpa, Wilford Ramsés Bustamante Rocha, admitió la acusación y decretó la medida cautelar de prisión preventiva en contra de los tres acusados, la cual deben cumplir en las instalaciones de la Policía Nacional.
El juez, considerado como “cuadro de alta confianza” dentro del gobernante Frente Sandinista, programó la audiencia inicial para el 04 de agosto próximo.
Gregorio Torres Molinares, padre de dos de los detenidos, señaló que “no es cierto” lo que dicen de sus hijos “porque hay pruebas contundentes de que no son cómplices y sería bueno que investigaran bien el caso para que me los pongan en libertad”.
Torres Molinares y su esposa Antonia Espinoza Manzanares presenciaron la audiencia en contra de sus hijos.
(Con colaboración de Elízabeth Romero y Gloria Picón).
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