Tatiana Rothschuh
Aguas Buenas, un asentamiento indígena probablemente creado en el siglo III (antes de Cristo), ubicado a unos cinco kilómetros de Juigalpa, es objeto de estudio. Entre los hallazgos encontrados al momento, más de 350 montículos y petrograbados en unas 35 hectáreas indican que “es uno de los sitios con restos indígenas” más extensivos del país “no tenemos otro sitio comparable en Nicaragua, ni en Centroamérica”.
Ese resultado preliminar es sostenido por el doctor en arqueología Alexander Geurds, profesor e investigador de la Universidad de Leiden, Holanda, y de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, quien por espacio de casi dos meses realizó este año su trabajo de campo al frente de unos 12 estudiantes de arqueología de Holanda, Estados Unidos y de la UNAN-Managua.
El próximo 16 de agosto, en el apogeo de las fiestas patronales dedicadas a la Virgen de La Asunción, los chontaleños rememoran esa fecha y reviven el recuerdo cuando venía en vehículo, de una de esas arduas tareas cargado de esas reliquias indígenas y sufrió un accidente, pereciendo al caer a un abismo.
Según Carlos Villanueva, un joven arqueólogo de Juigalpa, Chontales, existen más de 200 sitios arqueológicos identificados, entre ellos Piedras Pintadas, Aguas Buenas, Cordillera Amerrisque, San Jacinto de Cuapa, Bosque de San Juan en Puerto Díaz, de donde “Goyito” como cariñosamente le llamaban trasladó con su gente hacia el museo parte de la estatuaria más grande de Centroamérica, allí se encuentra el ídolo más grande de Las Américas, con cinco metros 18 centímetros.
Un museo polivalente, con la estatuaria más grande, que exhibe 98 ídolos, áreas de numismática, taxidermia, iconografía y antigüedades, es parte de la oferta turística de los chontaleños.
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“Aguas Buenas ofrece amplias oportunidades para estudio arqueológico, ya vamos en el mapeo con vestigios que vemos con más de 350 montículos, que están puestos en ciertos lugares para conformar figuras curvilíneas en el paisaje, es decir los montículos todos juntos forman símbolos en el paisaje. Este es un atractivo único en el país que se desconoce y para mí el enfoque del estudio es tener cómo se desarrolló el lugar, cómo lo construyeron y a través de qué tiempo, porque era una inversión de trabajo, de energía, colaborando en la construcción”, afirma el especialista holandés.
“Deben haber tenido una organización social y política bastante avanzada, rígida y orientada a cierto fin para construir este lugar” advierte Geurds, quien es el director de Proyecto Arqueológico Centro de Nicaragua, trabaja desde el 2007 en Chontales y a partir del 2011 en Aguas Buenas, a través de la coordinación con el Instituto de Cultura y la Alcaldía de Juigalpa, con financiamiento del gobierno de Holanda y de la National Geographic Society.
Tras explicar el concepto de montículo como un término genérico para referirse a un amontonamiento de piedras hechos por los indígenas, el arqueólogo explica: “Planearon bastante bien cómo construir un montículo, pusieron un círculo de piedra pesada en la periferia y después rellenando con piedras más pequeñas y otro cordón de piedras grandes para servir como retén y después lo taparon con una piedra fina blanca para que no entrara ni el polvo”.
A su juicio “debieron haber tenido una organización social y política bastante avanzada, rígida y orientada a cierto fin para construir este lugar. La gente piensa que son montículos funerarios, no hemos encontrado más que tiestos, pero sí encontramos ofrendas puestas en los montículos posteriormente, ejemplo una olla ya quebrada, pequeñas ofrendas de lítica puesta en pedernal”, asegura el holandés.
EN LATINOAMÉRICA Y ESTADOS UNIDOS
Indica que también encontraron petrograbados abstractos hasta espirales, pero también figuras antropomórficas o zoomórficas, que es un llamativo de animales y humanos para un trabajo de historia de arte. Señala que en los espirales es peculiar los grabados de remolinos de viento y agua, que también se hallan en Latinoamérica y Estados Unidos.
“Los restos que hemos resguardado de montículos por medio de cerámica indican una presencia humana a partir del siglo III, pero también hay materiales más recientes hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI”, afirma.
Refiere que en cuanto a identidad cultural de grupos indígenas es muy probable que fueron “hablantes” del idioma matagalpa, que es una lengua extinta que hasta el siglo XIX incluyó parte de Nicaragua, Honduras, El Salvador, bajó a estas zonas de Chontales y centro de Nicaragua, incluido el Pacífico.
“Aguas Buenas merece la mejor atención y de acuerdo con los aspectos que puedo describir no tenemos otro sitio comparable en el país, ni en Centroamérica otro lugar como tal, desde esta perspectiva requiere de un cuidado mucho mayor, yo sé que la Alcaldía hace un esfuerzo, igual los cuatro dueños del lugar por protegerla y vigilarla. Según ley nacional la Dirección de Patrimonio Arqueológico del Instituto de Cultura tiene el papel de establecer el manejo para los recursos arqueológicos. Se debe aspirar a que sea un parque arqueológico, igual que el de Piedras Pintadas”, sostiene el especialista holandés.
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