Elízabeth Romero, Luis Eduardo Martínez y Martha Vásquez
Pese al tiempo transcurrido por los dos ataques a caravanas de simpatizantes orteguistas el pasado 19 de julio, siguen reportándose desaparecidos en diferentes comunidades de Matagalpa. La tónica es la misma: personas que no se identifican como policías sacan a los detenidos de sus viviendas y sus familiares empiezan un recorrido por delegaciones sin que alguna autoridad dé respuesta.
El último caso ocurrió con el agricultor Zacarías Cano Angulo, de 41 años.
La familia de Cano denunció que fue sorprendido por varios hombres armados y vestidos como militares, quienes tras encañonarlo, se lo llevaron de su casa en la comunidad El Carrizo, municipio de San Ramón, Matagalpa.
Aura Lila Reinosa García denunció que Cano (su marido) desayunaba para ir a sus labores en el campo cuando llegaron hombres armados acompañados de un encapuchado y un civil.
LO SACARON, LO ARRASTRARON Y SE LO LLEVARON
“Él estaba empezando a comer para irse a trabajar cuando llegaron ellos, lo pusieron manos arriba, lo ‘enchacharon’ (esposaron) ( ), lo arrastraron por unos alambres y lo golpearon”, expresó la mujer aún nerviosa por lo acontecido a las 7:00 a.m. del sábado 26 de julio.
Fue la última vez que ella lo vio, creyendo que había sido secuestrado por delincuentes.
Más tarde, gente de las comunidades El Carrizo y El Horno vieron pasar a los uniformados en una camioneta, según dijeron a la familia del agricultor.
Sandra Cano Reinosa, hija del campesino y quien vive en otra comunidad, comentó que por el sector conocido como El Descansadero, “vieron pasar la camioneta, dicen que a él (Cano) le pusieron una máscara para que no lo reconocieran y después le pusieron un plástico encima”.
“EN MANOS DE LA AUTORIDAD”, DICE UN POLICÍA
Ambas mujeres sostienen que fueron a la unidad policial en San Ramón, donde les dijeron que nada sabían sobre lo ocurrido, mientras que en la delegación departamental de la Policía en Matagalpa, un mando policial a quien Reinosa describe como “alto, gordo y medio mal encarado”, le habría dicho “que no me preocupara porque él (Cano) no estaba secuestrado, sino que estaba en manos de la autoridad”.
A su criterio, ni siquiera se puede hablar que haya inconsistencia, pues considera que es un machote de los que usa regularmente la Fiscalía para acusar.
Menciona que en la relación de hechos se tiene que especificar, por ejemplo, qué ocurrió, cómo ocurrió, qué dijeron, lo que no ocurre en este caso.
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Sin embargo, el policía nada le dijo a Reinosa sobre el paradero de Cano. “Ellos no dicen que esté aquí”, señala la esposa del agricultor, indicando que “lo que queremos saber es dónde está él”.
Aunque las autoridades policiales en Matagalpa se mantienen herméticas, una fuente de esa misma institución confió que el hombre es sospechoso de haber planificado el atentado contra la caravana en la que iban simpatizantes orteguistas, la noche del 19 de julio en el sector de Wabule, en la ruta entre San Ramón y la comunidad El Jobo, Matiguás.
En esa emboscada murió el joven Yeltzin Talavera Galeano, mientras que Bismark Arteta Mena fue herido de bala.
Hasta ahora, las autoridades policiales nada han informado sobre los avances investigativos respecto a ese ataque y tampoco han dicho si existe relación con la otra emboscada ocurrida la misma noche en El Carmen, kilómetro 76 de la Carretera Panamericana, en Darío, donde cuatro personas murieron y otras 22 resultaron heridas.
TAMPOCO DAN RAZÓN POR MEZA RAUDEZ
Los parientes de los capturados llegan al portón principal de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) y ningún oficial les ofrece una información sobre el paradero de los suyos.
Esto ha pasado con todos los que han sido capturados en el caso: Juan y Gregorio Torres y Erick Salgado, así como Walter Balmaceda, dueño del autobús en el que se movilizaron los tres primeros a la Plaza de la Fe. El turno le correspondió este lunes 28 de julio a la familia de José Olivar Meza Raudez, capturado también la madrugada del sábado en Santa Rosa de Lima, del municipio de San Isidro, Matagalpa.
Hasta este lunes, sus parientes, como el dueño del cibercafé que le alquilaba el local a Meza, acompañados por funcionarios del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) llegaron hasta la entrada de la DAJ para preguntar a los oficiales si su pariente está detenido en ese local.
Milagros Isabel González, sobrina de Meza, y Agustín Dávila Rostrán le mostraron una fotografía a uno de los oficiales de apellido Sotelo, sin reparar siquiera en la fotografía negó que el hombre esté en la DAJ.
“¿Ya preguntaron en San Isidro?”, les preguntó Sotelo a los familiares de Meza, pero estos expresaron que tampoco está allí, ni en Matagalpa. Ante esta situación, Sotelo les recomendó que acudan a los medios de comunicación para realizar su búsqueda.
Dávila (dueño del cibercafé) reclamó a su vez quién pagará por las seis computadoras que agentes se llevaron junto con Meza. Sotelo recomendó únicamente que acudieran a Asuntos Internos.
UN RECURSO DE EXHIBICIÓN PERSONAL
Por su parte, Martha Sequeira Centeno, esposa de Eddy Gutiérrez Delgadillo, quien fue arrestado por la Policía Nacional el sábado 26 de julio en su casa en Ciudad Darío, sin darle ninguna explicación del porqué se lo llevaban, interpuso un recurso de exhibición personal ayer en el Tribunal de Apelaciones de Managua por detención ilegal a favor de su marido.
El recurso fue interpuesto al mediodía en contra del comisionado mayor, Juan Ramón Gámez, jefe de la DAJ, para que se nombre juez ejecutor y se presente ante esa dirección de la Policía y así se verifique el estado legal de la detención.
El recurso fue asignado a la Sala Penal Dos del TAM y están a la espera que nombren juez ejecutor, porque Gutiérrez tiene más de 48 horas detenido y no se sabe dónde está, pues ninguna autoridad ha dado explicación.
Sequeira fue acompañada por el asesor legal de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, Pablo Cuevas.
No hay ninguna precisión y ningún elemento que pueda llevar a creer la afirmación de que los acusados se reunieron el 16 de julio en Las Pilas, con el fin de planificar el crimen. Además es indefinido el término que usan en que el 17 se reunieron en el sector de La Gallera.
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