Eddy Betanco Berrios
Las diferentes donaciones que Rusia ha venido otorgando a Nicaragua: buses, harina ,taxis ,etc. generaban sospechas que detrás de estas muestras de “solidaridad” venían intereses geopolíticos. En efecto, recientemente el ministro de defensa de Rusia anunció que negociaría la instalación de bases militares en países en vías de desarrollo, entre otros: Cuba, Islas Seychelles, Nicaragua, Vietnam, etc., lo cual refleja el interés de Rusia por su expansión geopolítica.
Con posterioridad autoridades rusas expresaron que en Nicaragua no se instalarían bases militares, si no “bases para el abastecimiento de su flota aérea y marítima”. Teniendo en cuenta las acciones y objetivos que involucra el expansionismo, es de suponer que el abastecimiento no será para líneas aéreas comerciales, ni para cruceros turísticos, sino para una fuerza militar aérea y marítima con última tecnología. Recientemente modernas unidades de guerra aéreas y marítimas rusas visitaron Venezuela, Cuba y Nicaragua. En los años ochenta Rusia (entonces URRSS), abasteció a Nicaragua de helicópteros, tanques y artillería pesada.
En los años sesenta Rusia (URSS) intentó instalar en Cuba una base militar para cohetes que eventualmente los utilizaría en una posible conflagración con otra potencia. Para bien de Cuba el conflicto no estalló.
Algunos acontecimientos recientes revelan que en el 2008, Rusia provocó la desmembración de los territorios de Abjasia y Osetia del Sur perteneciente a la república de Georgia. Rusia actualmente tiene una base militar en Siria, donde se registra una sangrienta guerra desde hace tres años. En Crimea, territorio perteneciente a Ucrania, también opera una base militar rusa y hace pocos meses fuerzas prorrusas provocaron la desmembración de Crimea, también han venido estimulando la desmembración de otros territorios perteneciente a Ucrania, que se inicio con la región de Donetsk, ubicada al este de Ucrania y fronteriza con Rusia. Todo parece indicar que las bases militares rusas instaladas en el exterior son portadoras de un imán que atrae violentos conflictos bélicos.
Por su lado, Nicaragua desde 1821 ha permanecido en constante inestabilidad política caracterizada por dictaduras, guerras y corrupción, lo cual explica por qué es el segundo país menos desarrollado de Latinoamérica. Frente a esta lamentable tendencia histórica, los nicaragüenses desesperadamente desean a que se revierta este comportamiento histórico mediante formulación de políticas que estimulen inversiones, empleos y la paz. Rusia obviamente podría contribuir a que se logren estos objetivos sustituyendo las inversiones en bases militares por bases sólidas de cooperación financiera y técnica para la ejecución de proyectos tales como: suplir de agua potable a la población y para irrigación, utilizando el lago de Nicaragua priorizando las regiones agropecuarias del pacífico. Es oportuno mencionar que por efectos del cambio climático, expertos en esta materia prevén que las sequías en el futuro serán más intensas, por lo cual se considera que con la construcción del Canal Interoceánico utilizando en su trayecto la Mar Dulce, se provocaría una catástrofe ambiental con afectaciones en el abastecimiento de agua potable y a la deficitaria agricultura de Nicaragua.
Otros proyectos que Rusia podría financiar son: industrialización de materias primas agropecuarias, mineras y marinas; construcción de carreteras en zonas productoras de materias primas; producción de maquinarias y herramientas agrícolas; construcción de un puerto en el Atlántico; producción de materiales de construcción; fabricación de equipos y accesorios para la generación de energía
La ejecución de estos y otros proyectos incluyendo sociales, generarían miles de empleos a profesionales, técnicos y obreros en diferentes departamentos del país. Contrariamente, con la instalación de una base militar perteneciente a cualquier potencia extranjera, Nicaragua corre el riesgo de convertirse en un campo de batalla de las potencias que luchan por la hegemonía mundial, muy similar a lo que acontece actualmente en Siria y Ucrania. Dios salve a Nicaragua de una base militar extranjera.
El autor es economista.
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