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“Estoy en un momento en que no puedo dejar de cantar. Toco piano, hago arreglos, compongo y dirijo. Mi vida es la música y no concebiría vivir sin ella, aunque haga otras tareas”. Mario Rocha, músico. LA PRENSA / R. FONSECA

El tenor de Boaco

Quién podría imaginarse que un niño a quien le gustaba entonar a todo pulmón la canción La mochila azul de Pedrito Fernández, y en su juventud imitar las notas líricas de Plácido Domingo, iba a convertirse al pasar de los años en uno de los tenores más importantes de Nicaragua.

Quién podría imaginarse que un niño a quien le gustaba entonar a todo pulmón la canción La mochila azul de Pedrito Fernández, y en su juventud imitar las notas líricas de Plácido Domingo, iba a convertirse al pasar de los años en uno de los tenores más importantes de Nicaragua.

Ahora maestros y colegas de canto coinciden en que Mario Giovanni Rocha Ortega es actualmente uno de los “músicos más completos” que existen en el país, y con una “voz excepcional”. Además es pianista, arreglista, compositor, recopilador y productor de música popular y lírica.

Para la cubana Caridad Rosado, directora del Conservatorio de Música de la Upoli, “Mario porta con orgullo la distinción de estar entre los primeros nueve egresados del Nivel Superior de Música en Nicaragua”.

Por su “espíritu de superación constante”, y “bien cultivada voz de barítono” ha sido invitado a interpretar papeles protagónicos en varios países “donde ha dejado una estela de brillo con luz propia”, resalta Rosado. Hoy Mario, pasó de alumno a maestro de repertorios en la cátedra de canto del mismo Conservatorio.

Mario ha sido dos veces invitado a teatros de Wisconsin y Florida, para dar conciertos. En Honduras, a las óperas, El matrimonio secreto y La Traviata de Guiseppe Verdi. En Costa Rica, en el Festival operístico, y en Guatemala en el Teatro Nacional, en una gala centroamericana de las Fiestas Patrias.

En Argentina concursó como el único nicaragüense entre más de cien cantantes de América Latina, Estados Unidos y España para ser parte de uno de los personajes de la ópera Lucía de Lammermoor de Gaetano Donizetti. Por su alto timbre de voz recibió aplausos.

“Pienso que Mario es brillante, y un músico integral; por eso me atrevo a decir que es un pequeño genio de la música”, expresa por su parte la soprano Elisa Picado, con la cual ha compartido escenas en la obra La Serva Padrona de Pergolesi en el papel de Uberto. Así en otras óperas líricas, donde destaca su actuación teatral.

EN GIRA DE CONCIERTOS

Junto a su grupo lírico de la Universidad Centroamericana, UCALí, Mario ofrecerá dos conciertos el próximo lunes 4, y miércoles 6 de agosto a las 11:00 a.m. en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA). Su repertorio incluirá música internacional, latinoamericana y de clásicos nicaragüenses.

Asimismo, pero en locales religiosos, dará a conocer nuevos arreglos para piano, violines y chelo de su obra la Misa de la Divina Misericordia de Dios, que presentará el 22 de agosto a las 7:00 p.m. en la Casa San Pablo, en la colonia Nicarao. Días después en la parroquia Don Bosco, con su grupo Ars Nova y músicos invitados.

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Mario Rocha reveló que tiene 30 canciones inéditas, con temas románticos, de Navidad, y medioambientalistas, y que trabaja en su pentagrama. Asimismo ha iniciado un trabajo de rescate de un ciclo de 22 canciones de Luis Abraham Delgadillo y versos de Rubén Darío que musicalizará.

Por igual trabaja en la grabación del disco Versos a la Reina, que es una oda de Rubén Darío a la Virgen María. Esta ha sido arreglada para ser cantada en tres movimientos.

Así en su proyecto especial de música infantil de diez piezas, donde tendrá parte su hija, la cantante lírica Sofía Marí Rocha Fiallos. Esta grabación la concluirá en octubre y espera darla a conocer el año entrante.

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Y para la primera semana de octubre viajará a Honduras invitado por la Fundación Musical y tendrá su papel estelar de Uberto en ópera bufa La Serva Padrona, de Giovanni Battista Pergolesi, que se presentará en el Teatro Nacional de ese país.

“Mario ha abarcado todo en la música, en el canto, como instrumentista, arreglista y compositor; eso lo hace ser un excelente músico”, dice por su lado el tenor José Luis Leytón, al reconocer su labor musical, entre ellas la reciente Misa de la Divina Misericordia de Dios, que estrenó en abril pasado.

CANTANTE POPULAR

Nacido en el barrio La Planta, de Boaco, Mario se entusiasmó por la música desde que tenía 5 años; para entonces sus canciones eran rancheras populares mexicanas.

“Yo cantaba a todo pulmón, La mochila azul, y Corriente y canelo, de Pedrito Fernández”, confiesa, mientras sonríe al recordar estos tiempos en que su talento infantil espontáneo era reconocido cuando la gente le pagaba por oír sus canciones que interpretaba sonoramente.

Años después ingresó al Seminario menor, local religioso donde conoció a un músico que tocaba el armonio. Este contacto le despertó la vocación de músico.

Una de esas primeras personas que lo indujo para entrar a este mundo fue monseñor Rafael Antonio Obregón Alfaro, párroco de la iglesia de Santiago, de Boaco. Entonces corría el año de 1990.

“Con el permiso de monseñor Obregón Alfaro comencé a tocar de oído. Después recibí clases de solfeo con el filarmónico Horacio Portocarrero que había fundado una escuelita”, cuenta de sus inicios Mario. Seis meses después fue invitado a tocar piano en la misa.

Animado por su avance vertiginoso, se aventó junto a Bismark Sotelo, Pedro Sotelo y otros músicos a crear un conjunto musical, al que llamaron Éxtasis, interpretando música popular bailable, como cumbia, merengue, salsa y melodías románticas. Y se mantuvieron tocando estos ritmos alegres tres años.

SU ENCUENTRO CON PLÁCIDO

Un concierto de Plácido Domingo junto a Paloma San Basilio en Miami, llamado Por fin juntos, transmitido en el Canal 2 de televisión en 1995, lo llevó a decir: “Yo quiero cantar así”. Y comenzó a imitar sus notas líricas, y a participar en las universidades y ganar en concursos.

Luego se animó a estudiar profesionalmente en Managua. Entró al Coro Nacional de Nicaragua, lo dirigía entonces Edgar Orochena. Pasó la prueba para el tipo de voz, realizada por el profesor de canto Ramón González quien lo catalogó como tenor.

En la actualidad recibe clases con el maestro barítono Bernardo Villalobos, de Nueva York, y su meta es tener un repertorio especializado en timbre baritonal, que es como un “tenor con voz grande”, dice. Su mira es lograr un alto perfeccionamiento vocal.

PRODUCCIÓN MUSICAL

Mario ha participado en 12 óperas, seis obras de conciertos entre cantatas y misas, muchas composiciones de Mozart, Beethoven, Luis Abraham Delgadillo y arreglos de su autoría.

Ahora trabaja en los Versos a la Reina, de Rubén Darío, con arreglo para solistas, coro y orquesta; anteriormente hizo arreglos para la obra posrevolucionaria la Suite el Repliegue.

Cuenta que ha realizado cuatro álbumes musicales Mi Boaco y más, de recopilación de música regional; entre ella una canción semiclásica para el Centenario de Boaco, con arreglo orquestal del maestro Pablo Buitrago. Los otros son Con Santiago en el corazón, de cantos sacros, y Hasta ahora, de música lírica

También ha dedicado tiempo a composiciones de himnos, como el de Guapisa (Grupo Unido de Apoyo para la Integración de la Sociedad Actual), un movimiento social que dirigió Simeón Rizo Castellón; el de la Universidad de Ciencias Comerciales, entre otros.

“Él ha sido un magnífico alumno, un luchador en todo lo que es la música, y una persona fraterna y receptiva con los músicos que ha trabajado”, dice el cubano Alberto San José, su mentor, al valorar la carrera musical de Mario Rocha, el tenor de Boaco nacido en 1975 y graduado con honores Magna Cum Laude en el Conservatorio de Música de la Upoli.

Mario Rocha con su grupo coral Ars Nova  en la gala Sempre Verde, un homenaje al bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi en el  Salón de los Cristales del Teatro Nacional Rubén Darío, en 2013. LA PRENSA/Cortesía Mario Rocha.

Cultura Boaco Mario Rocha tenor archivo

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COMENTARIOS

  1. buenejemplo
    Hace 10 años

    Que tremendo, el ejemplo de Mario nos llena de orgullo nicaragüense, eleva nuestra cultura y nos dice que tenemos mucho talento en nuestras tierras por descubrir, quien sabe cuantos Marios habrán en Nicaragua esperando surgir con su genio.

  2. Orgullo Nica
    Hace 10 años

    He disfrutado la lectura de este articulo! Otro motivo mas para sentirme orgulloso de ser Nica!

  3. Laura
    Hace 10 años

    Pienso que se deberia de cortar el pelo. Esa “colita” no va con el tipo de musica que interpreta. Solo es una critica constructiva. 😉

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