Roberto Mora
La esquina del hospital viejo de la ciudad de Estelí quedó vacía sin ninguna de las personas que venden y compran dólares en horas de la tarde, cuando se sumaron a la multitud que acompañó hasta su última morada al cambista Joel Zeas Rayo, quien fue abatido a balazos este miércoles.
La Policía aún no esclarece el crimen, a pesar de capturar a dos sospechosos.
“Demandamos más seguridad”, manifestó Ulises Toruño, uno de los compañeros de Zeas y quien participaba en la marcha fúnebre que atravesó la ciudad de Estelí.
Mientras esto ocurría en las calles de Estelí, extraoficialmente se conocía que la Policía detuvo a dos personas para ser investigadas por este crimen a plena luz de día a casi dos cuadras de la casa de la víctima. La Policía evitó brindar detalles sobre el avance de las investigaciones.
Según testigos, al menos tres delincuentes con sus rostros cubiertos se bajaron de una camioneta doble cabina sin placas, color champán y realizaron los disparos con escopeta.
La médico forense Karla Rosales indicó que la víctima tenía múltiples heridas, sobre todo en el área de su pecho, producto de los perdigones esparcidos por las balas de la escopeta.
“No sé qué pasó ahí porque no le dieron respuesta”, expresó el cambista Agustín Espinoza, refiriéndose a la supuesta falta de interés de la Policía por investigar el robo del que fue víctima la semana pasada Joel Zeas, quien en declaraciones a los medios de comunicación explicó que unas personas que se movilizaban en un vehículo le habían robado trescientos dólares.
ANTECEDENTES
Sin embargo, las investigaciones policiales marcharon con mucha lentitud a criterio de la víctima, quien decidió ir a reclamar a los que supuestamente estaban involucrados. La Policía sigue investigando y se desconoce si estos antecedentes están relacionados con la muerte de Zeas.
Agustín Espinoza reclamó porque hace un par de años también fue víctima del robo de 27,000 dólares y pese a haber identificado a los supuestos atracadores que le poncharon las llantas de su camioneta, nunca hubo proceso judicial.
También el cambista Javier Antonio Zeledón, de 44 años, regresaba a su casa en el años 2010 a bordo de una camioneta en compañía de su esposa y sus dos pequeñas hijas, cuando unos sujetos lo esperaban y le dispararon.