Tatiana Rothschuh
Por ser pleitista en el barrio y la escuela, optó por ser boxeador, pero su vocación docente para la formación deportiva de niñez y adolescentes, lo sacó de las tarimas y las cuerdas y ahora es el empedernido “profe” que trabaja incansablemente para darle gloria a los chontaleños.
De mediana estatura y piel achocolatada por los inclementes rayos solares que soporta en los ejercicios diarios, tras esas agrandadas gafas usuales en él, sus ojos apuntan hacia el objetivo: entrenar, trotar, correr, lanzarse, cruzar barreras, llegar a la meta. Para esos niños su rostro es de muy pocos amigos, pero coinciden en que “es bueno, serio, nos enseña”.
Él se define “duro, crítico, me gusta la disciplina”. Ese es Alejandro José Ampié, de 58 años, nacido en el barrio Cristo del Rosario, de Managua, quien por azares de la vida llegó a Juigalpa en los años ochenta como entrenador de boxeo, se bachilleró y seis meses acelerados de estudio, lo convirtieron en instructor deportivo.
Con seis hijos y 11 nietos, Ampié resume 21 años de educación física, aunque lamenta haber perdido en su currículo docente nueve años por rechazar la privatización de la enseñanza cuando le llamaron autónomos a los centros de estudio y estuvo en desacuerdo que los maestros cobraran.
Es el único promotor del Kids Athletic, Altetismo para Niños, y ha organizado el Club de Atletismo Padres de Familia (Padfa).
¿Cómo nació la vocación hacia el deporte?
Yo comencé a boxear, de pequeño era pleitista en los barrios y en las escuelas. A los 16 años comencé a boxear en Masaya. Gané 34 peleas, perdí 16, solamente amateur. Representé a Nicaragua en el 77 en Campeonato de Boxeo en Quetzaltenango, agarré bronce. En el 80 pelee en El Salvador, donde perdí.
Destaca sus esfuerzos por la organización de los escolares de 8 a 12 años, y de ser el fundador y promotor de los juegos Kids Athletic y el atletismo, logrando con sus estudiantes ganar trofeos y medallas para el centro.
Para su colega, Margot Martínez, Ampié “es una persona responsable, tiene su carácter, y es la disciplina lo que necesitamos para poder mejorar. Es uno de los talentos, mucha dedicación y empeño”, anotó.
Steven Isaac Moreira Amador, de 12 años, es un destacado atleta, dice haber ganado siete medallas, “el profesor nos ha apoyado para triunfar”.
Leidy Gabriela Suárez Flores, de 11 años, asegura que ha ganado dos medallas, “es un esfuerzo de él y de nosotros, es bueno, serio y nos pone a esforzarnos más”.
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¿Y tu inclinación a la docencia deportiva?
De pequeño me gustó el deporte, correr y pelear, entonces después que me retiré del boxeo, empecé a dar boxeo empírico, hasta estudiar los seis meses y me quedé dando clase de educación física para entrenar a cualquier equipo, selección, pues podemos preparar en beisbol, futbol, baloncesto, atletismo o cualquier deporte.
¿Tu llegada a Juigalpa, Chontales?
En ese tiempo me mandaron a traer a través de la Federación de Boxeo, los difuntos Francisco Fuentes, Byron Blandino, en vida Alejandro García, el doctor Pablo Sierra, Mundo Urbina y solamente trabajamos 14 meses. Yo soy duro, crítico, me gusta la disciplina, y como puse mi disciplina, a ellos no les gustó, pero les dije que me quedaba y aquí estoy.
Yo le agradezco al boxeo porque es el boxeo que me sacó a mí, pero ahora me ha fortalecido el atletismo.
¿Cómo te integraste a la docencia deportiva?
Después de estar nueve años sin trabajo, en el 2000 salió una plaza en el centro educativo de La Haya y a Dios le agradezco que es el que nos ampara y ayuda. Al día de hoy tengo cuatro años de estar trabajando en la primaria en La Asunción.
En el barrio San Antonio, sacamos campeones centroamericanos y nacionales. Los chavalos y muchachas adolescentes del Club La Haya eran respetados en aquel entonces. Mis seis hijos hicieron carrera en atletismo, pero se salieron porque yo soy bastante exigente.
¿Tu desempeño en el deporte se limita a La Asunción?
Nos preparamos para trabajar en deporte, no solamente escoger a un deportista, tengo atletas de toditas las escuelas, hasta docentes y universitarios. Yo he fomentado el Kids Athletic, son 17 juegos y queremos que todos los maestros aprendamos.
En altetismo hemos cosechado éxitos en primaria, pero cuando llegan a secundaria se retiran y ese deporte debiesen sostenerlo porque nos da salud. La gente que tengo en atletismo son gente que yo las capto, corriendo, jugando otro deporte, y así vamos fortaleciendo el Club Padfa.
¿Cómo hace económicamente?
El deporte escolar lo apoya el Gobierno, nos dan comida y dormida y la Federación también, pero ¿qué hago con tener atletas y no llevarlos a la nacional? El transporte es lo principal porque los chavalos son pobres, para poder llevarlos los padres ayudan y yo salgo a pedir, tenemos amigos que nos apoyan, y de puchito en puchito se llena el buche de la gallina y así salimos a representar bien a Chontales.
Por ejemplo, ahorita vamos a Niquinohomo el 17 de agosto, llevo dos buscando medalla, son Rosa Maltés y Eyner Murillo Jirón, vamos como 10 o 12 atletas. Yo también voy a correr, hace poco gané las tres últimas medallas, la de oro por salto triple, la de plata son 10 kilómetros de marcha y la de bronce, 1,500 metros.
Hay un Panamericano en Costa Rica, pero no voy a ir, me ofrecieron reales para apoyarme, pero solamente una carrera vale 40 dólares, eso no es así, si aquí nosotros montamos libre a 20 dólares en toditas las carreras.
¿Cuántas medallas han ganado?
Un mil 115 medallas tenemos ahorita, con toditos los muchachos; solo en este año llevamos 46. El problema es que hay muchachos que no han agarrado la seña, esto es atletismo, es conciencia, andar corriendo, corriendo, al que le gusta hasta que agarre y formen conciencia vamos hacia adelante.
¿Atletas que han dado gloria a Chontales?
Meyboll Rocha, con 97 medallas a nivel nacional, centroamericano, municipal y departamental; Héctor Javier Mendoza, siete medallas, es el máximo ganador en Centroamericanos, cinco bronce y dos de oro. Alexander Gómez tiene 11 medallas centroamericanas, es del Instituto Nacional Josefa Toledo de Aguerri; también Juan Hernaldo Acuña, Elizabeth Luna y Erika Massiel Mendoza.
“Mis hijos Jacqueline y Alejandro, fueron campeones nacionales. Gracias a Dios estamos aquí hasta que la muerte me separe”, concluye Alejandro Ampié.
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