Carlos R. Flores
El caso fue que los conductores tenían vehículos de doble tracción, pero ninguno de ellos sabía cómo utilizarla, mucho menos la marcha adecuada según la característica o la pérdida de adherencia del terreno. Resultó que el automotor quedó atascado por falta de conocimiento y práctica sobre cómo aplicar adecuadamente la doble transmisión, ya sea H4 o L4, según la circunstancia. El conocimiento sobre estos sistemas puede hacer la diferencia entre cumplir con la misión encomendada o bien, no solamente perder un día de trabajo, sino que ponerse en peligro real ante una situación de seguridad personal. Se debe también saber en forma correcta cómo conectar y desconectar adecuadamente estos poderosos sistemas, para no dañar posteriormente la integridad mecánica del vehículo.
Los conductores empresariales, en su mayoría, debido a que cada vez más la “urbanización” de los caminos rurales dejan de enfrentar condiciones topográficas adversas, perdiendo así la práctica, o bien, desconociendo llanamente las circunstancias en donde el vehículo y sus características pueden hacer la gran diferencia. Es necesario que este personal empresarial tenga una capacitación teórico-práctica en cómo utilizar correctamente los sistemas de poder correlativos a cada automóvil.
Las empresas deben proveer capacitación integral a su personal no solamente en manejo defensivo, sino también, en cómo abordar las situaciones eventuales que podría enfrentar su personal, inclusive, el cumplimiento y la responsabilidad personal por los mantenimientos periódicos, revisiones pre-salida, detección proactiva de averías, entre otros.
Otra capacitación valiosa que puede brindarse, sobre todo en las empresas que utilizan personal mixto en los trabajos que involucran recorridos por zonas abruptas o aisladas, es cómo realizar reparaciones básicas de desperfectos comunes, que pueden ser solventadas por la misma persona con la debida preparación. Hoy día existen conductores empresariales que no saben cómo cambiar una llanta, reemplazar un fusible, pasar corriente entre vehículos, o bien, encenderlo empujado al superar una falla de la batería o situaciones elementales que pueden ser dominadas de antemano, para evitar que su personal quede varado en una zona peligrosa o remota, y su vector de riesgos suba ante un incidente de seguridad personal. Este caso se presenta a veces con mayor incidencia cuando el conductor empresarial es una dama.
Se debe incluir como parte de las capacitaciones formales para los conductores empresariales en cómo hacer frente a eventualidades fuera del alcance de reparación, es decir, cuando ya falló el enfoque preventivo, debiendo esta persona entonces tomar medidas para abandonar el vehículo en forma segura y desactivarle sistemas críticos para evitar que puedan llevárselo los amigos de lo ajeno, o la minimización de la pérdida.
Un tema importante por su probada efectividad preventiva, es el dotar a su personal conductor empresarial de un adecuado kit de emergencia, que tenga un contenido básico que puede auxiliar en una situación límite. El contenido podría ser: aerosol sellador de pinchaduras, fusibles de repuesto, cable de remolque, “lagartos” para pasar corriente entre vehículos, lámpara de mano confiable con baterías de recarga, herramienta multi-usos, chaleco reflectivo, paquete básico de primeros auxilios, pala de campaña, medidor de presión de llantas, entre otros artículos de bajo costo, pero que pueden ser de gran valor para hacerle frente a una situación que puede tener consecuencias impredecibles. Este paquete de viaje debe ser parte de la lista de estándar inspección periódica que la empresa debe realizar aleatoriamente en los vehículos asignados a sus conductores empresariales para estimular el cumplimiento.
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