Amalia Morales
Desde febrero se multiplicaron los recipientes de basura en las casas de Corn Island. En patios y a un lado de las cocinas de casi la mitad de la población —de un total de nueve mil— de esta paradisíaca isla del Caribe nicaragüense comenzaron a florecer tarros de tres colores: rojo, amarillo y verde, que servirían para clasificar la basura como se hace en otras partes del mundo.
Se le explicó a la población, a través de una campaña de comunicación radial, cómo se iban a usar los recipientes: que en el verde se bota lo orgánico —restos de comida, cáscaras—, que el amarillo es para el vidrio, el plástico y el metal y que el rojo es para el resto, trapos inservibles, por ejemplo.
Paralelo, la Alcaldía anunció la modificación del calendario de recolección de basura: los lunes y viernes se recoge lo orgánico, miércoles lo reciclable y los martes y jueves el resto.
Se estima que unas diez mil familias de Corn Island, Bluefields y El Rama han aprendido a clasificar la basura y tienen información sobre el manejo de los residuos sólidos gracias al proyecto de Gestión Integral y Sostenible de Residuos Sólidos (Gisres), que impulsa el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en estos tres municipios de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, (RACCS), en conjunto con las alcaldías locales y el Fomin-BID (Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo).
TORTUGA CARLIB
El pasado viernes Corn Island fue escenario del lanzamiento de la campaña de educación y comunicación: Mi costa Caribe limpia y bonita: Winamba!
El personaje de la campaña, la tortuga Carlib —acrónimo de las palabras Caribe, limpio y bonito— se robó las sonrisas en la actividad. Estudiantes, personalidades y autoridades se fotografiaron con Carlib, quien saludó a la población durante la caminata que se celebró en las calles principales de Corn Island.
El evento congregó a unas seiscientas personas entre estudiantes, autoridades, promotoras de la campaña, artistas locales, pobladores y personas que están desarrollando micro y pequeñas empresas de reciclaje.
“Creo que ustedes han asumido la oportunidad única que nos da este proyecto Gisres, en trabajar por el cambio de actitud en las personas para el manejo responsable de los residuos; pero además de que los gobiernos municipales tomen decisiones transcendentales para dejar de importar a sus ciudades tanto plástico”, dijo Silvia Rucks, representante residente del PNUD.
MEJORAN INGRESOS
Gracias a este proyecto se han desarrollado tres pequeñas empresas de reciclaje y se han creado 52 empleos directos en los tres municipios.
Algunos han mejorado sus ingresos en un ciento por ciento. Es el caso de la cooperativa Luz del Futuro, compuesta por mujeres que reciclan la basura en el relleno de Bluefields, a unos seis kilómetros del casco urbano.
En Bluefields se generan cada día 32 toneladas de basura y se estima que 27 llegan al relleno sanitario, mientras que en El Rama son veinte toneladas por día, al igual que en Corn Island.
Uno de los mayores retos de esta campaña es el reciclaje de las bolsas y envases de bebibas y comidas rápidas de gran consumo entre niños y jóvenes.
Durante el lanzamiento de la campaña, Kimberly Morgan, candidata a Miss Corn Island 2014, llamó la atención con un vestido confeccionado con tapas de refrescos, bolsas de caramelos y papel periódico.
“Este vestido es para que comprobemos que no todo lo que echamos a la basura es inservible. Con muchas de esas cosas podemos ser creativos, como por ejemplo, este vestido, pero además puede ser una forma de ganarnos la vida, por eso es importante reciclar”, expresó Morgan. Otras candidatas también usaron trajes confeccionados con materiales reciclables.
En los próximos cinco meses, la campaña pretende inculcar en la población que la basura es responsabilidad de todos, que no basta con depositarla en un recipiente, sino que se debe separar y reutilizar algunos materiales, como han aprendido a hacerlo en Corn Island en los últimos meses.
Lilly Downs de Corn Island y técnica de Gisres reconoce que hubo un poco de resistencia al comienzo, pero la gente está aprendiendo a separar la basura.
Para crear conciencia la campaña pretende crear una red de 250 promotoras, así como la visita de 6,600 casas, 25 escuelas y 25 iglesias.
Durante la caminata en Corn Island, bajo un sol inclemente, los estudiantes cargaban pancartas en las que instaban a reciclar y a reutilizar los envases y bolsas.
Desde que arrancó el Gisres se estima que unos quinientos jóvenes estudiantes y de distintas organizaciones juveniles se han involucrado en las jornadas de limpieza y ferias de reciclaje que se impulsan.
También se estima que unos sesenta mil habitantes han mejorado la salud familiar. Una de las lecciones aprendidas en el transcurso del proyecto es que reciclar y separar la basura es todavía un tema incipiente entre la población de estos municipios caribeños.
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