TEGUCIGALPA/AFP
Al menos cuatro reos murieron este viernes en un tiroteo provocado por uno de los reclusos en la Penitenciaría Nacional (PN), situada a 20 km al norte de la capital hondureña, según autoridades militares.
“Un sicario que salió de la cárcel de máxima seguridad (al resto del penal) mató a cuatro (presos) con un arma de fuego”, por circunstancias aún no determinadas, afirmó a la AFP el portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Antonio Sánchez.
La PN, construida para unos 1,700 presos, alberga más de 3.500 incluyendo 200 en un edificio de “máxima seguridad” donde recluyen por periodos de seis meses a los internos calificados como más peligrosos.
Sánchez dijo que el reo ya había cumplido los seis meses, por lo cual era trasladado a la parte de la cárcel donde están los demás presos.
Al menos 17 reos se han fugado en lo que va del año, evadiendo tres anillos de seguridad implantados por policías y militares.
Las 24 cárceles de Honduras, que albergan más de 14,000 reclusos a pesar de que haber sido construidas para 8.500, son calificadas como “bombas de tiempo” por el hacinamiento y los controles que ejercen los reos.
Un informe de de la relatoría de los privados de libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló como el principal problema de las cárceles de Honduras el autogobierno cedido a los reclusos, y justificado por las autoridades en la falta de personal.
El documento subrayaba que ese autogobierno deriva en toda clase de abusos y extorsiones internas, y permite que desde la cárcel se planifiquen secuestros y otros crímenes. Además, calculaba la sobrepoblación superior al 40% de los reos que permanecen en condiciones deplorables.
El informe de la CIDH fue elaborado por una misión de siete expertos que visitó Honduras del 23 al 27 de abril de 2012, dos meses después de una de las mayores tragedias carcelarias del mundo: el incendio del penal de Comayagua (70 km al norte de Tegucigalpa), en el que murieron 362 reclusos.