LA HABANA / AP
Las FARC han indicado que no entregarán las armas sino que las depondrán, pero sin especificar cuál será el mecanismo para hacerlo. Los guerrilleros declararon a lo largo de estos casi dos años de conversaciones varios ceses del fuego unilaterales, exhortando al Gobierno a tomar la misma actitud. Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos indicó que no dará una tregua antes de que las conversaciones lleguen al final.
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Los militares se sentaron a la mesa con líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por primera vez en décadas al finalizar ayer una ronda de negociaciones de paz que generaron esperanzas de lograr un acuerdo para poner fin a más de cincuenta años de conflicto armado.
En medio de críticas y muestras de apoyo los uniformados viajaron a Cuba para conformar una comisión que evaluará mecanismos para la desmovilización, el almacenamiento de las armas y el cese al fuego, si el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC llegan a firmar un convenio de paz. Ninguna de las partes comentó cómo se desarrolló el encuentro entre los militares y los guerrilleros.
Las jornadas de esta ronda de conversaciones que comenzaron a principios de agosto y concluyeron ayer dejaron como saldo emotivas entrevista de las víctimas del conflicto y la instalación de dos importantes dos comisiones, entre ella la muy polémica de militares en activo y otra de académicos que evaluarán las causas y consecuencias del conflicto.
“Ha caído el telón de un ciclo de conversaciones en La Habana, pletórico de sucesos que han avivado el fuego de la esperanza”, declaró el comandante de las FARC Iván Márquez. Para el delegado gubernamental Humberto de la Calle las conversaciones habían entrado “a un momento decisorio”.
La comisión técnica de los militares está integrada por diez miembros y encabezada por el general del ejército Javier Flórez y no participará en las negociaciones en la isla, explicó un comunicado de la delegación gubernamental. El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón aclaró en Colombia que el viaje de los militares a Cuba no “se trata de una rendición ante los terroristas” y afirmó que “jamás se doblegará a nuestros héroes”, en respuesta a críticas surgidas en el ámbito castrense y entre políticos de la oposición.
La llegada de los militares a La Habana generó en Colombia opiniones disímiles. “Pdte Santos: no hay peor tratamiento a soldados y policías que igualarlos con el terrorismo”, escribió el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) en Twitter”. Y agregó que el jefe de Estado “irrespeta a las FFAA exigiéndoles deliberar con sus verdugos terroristas”.
El exsenador Juan Carlos Vélez, seguidor de Uribe, atacó en su cuenta de Twitter: “No entiendo dónde está la dignidad del gral. Flórez y demás oficiales de las FFMM cuando en La Habana los obligan a escuchar el himno de FARC”.
Para el senador oficialista Roy Barreras, “no es cierto que el general Flórez y su comitiva fueron (a Cuba) a entregar la dignidad de las Fuerzas Militares(…). Eso es una falacia y no solamente una afirmación mendaz, sino un ataque frontal contra la paz”.
Flórez fue miembro del equipo militar que en septiembre de 2010 bombardeó las selvas del departamento de Meta, en una operación en la que murió el jefe militar de las FARC, Víctor Julio Suárez, alias “Jorge Briceño” o “el Mono Jojoy”.
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