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El acoso virtual no es un juego

El acoso ha pasado de los golpes a las palabras, de ver cada día a la persona que nos atemoriza a no saber cuándo ni por qué medio habrá un nuevo insulto o una nueva burla: el bullying tradicional ha “mutado” a ciberbullying o acoso cibernético.

 

 

[doap_box title=”Consecuencias reales del acoso virtual” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Aunque en el ciberbullying no hay violencia física, el efecto que produce es el mismo que el bullying o acoso: “angustia, impotencia, enojo, tristeza, depresión, disminución de la autoestima y en los casos más severos el suicidio, la víctima se encuentra en la indefensión total ya que no podrá evitarlo ni controlarlo”, expresa la psicóloga clínica Sandra Ney.

El sociólogo Cirilo Otero afirma que el ciberbullying afecta en gran manera pues “ llega muy directamente al subconsciente y al consciente creativo”.

[/doap_box][doap_box title=”Del “troll” al acosador” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Una de las “máscaras” que podría utilizar un ciberacosador es mostrarse como un “troll”, sin embargo. la psicóloga clínica Sandra Ney explica que una de las principales diferencias es que “el denominado troll interviene para divertirse y generar polémica, hay un poco de sadismo en su conducta y la víctima puede ser cualquier persona no precisamente debe conocerla, en cambio el ciberacosador actúa con la intencionalidad de herir, provocar daño, denigrar, hacer sentir mal a su víctima quien es generalmente conocida”.

Ney agrega que “este interés de provocar daño puede manifestarse en acciones como utilizar la foto de alguien y hacer un fotomontaje con el objetivo de denigrarlo, o tomar su foto y hacer una encuesta comparando con otra foto para que voten quien es más fea, etcétera”.

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Génesis Hernández Núñez

El acoso ha pasado de los golpes a las palabras, de ver cada día a la persona que nos atemoriza a no saber cuándo ni por qué medio habrá un nuevo insulto o una nueva burla: el bullying tradicional ha “mutado” a ciberbullying o acoso cibernético.

Según la sicóloga clínica Sandra Ney, este es un fenómeno relativamente nuevo y con mayor auge en países más desarrollados, donde se presenta de forma extrema y ya se han reportado casos de suicidios debido a los constantes acosos, algo con lo que está de acuerdo Renata Rodrigues, vicerrectora académica de la Universidad Centroamericana (UCA) y docente de Cibercomunicación, pues “a nivel internacional hay mucha preocupación sobre el ciberbullying, pero en Nicaragua todavía no hay investigaciones”.

“TODO MUNDO ESTÁ EXPUESTO”

Desde el momento en que usted tiene una cuenta en una red social como Facebook o Twitter ya es un “candidato” a sufrir ciberbullying, pero “cuánto más alguien habla de sí mismo y cuánta más información da, más expuesto está a que otra gente se burle de él. Hoy con las redes sociales todo mundo está expuesto a cosas muy feas, agresivas y denigrantes y, cuánto más me expongo más vulnerable soy”, explica Rodrigues.

Para Ney, el hecho de estar expuestos también nos convierte en un blanco fácil “ante personas que le dan un uso indebido a la tecnología para promover actos de violencia psicológica, debido a las facilidades y las múltiples aplicaciones que te brinda el internet con las cuales este tipo de acosadores permanecen seguros y pueden hacer daño sin correr el riesgo de ser descubiertos”.

UNA CONTINUACIÓN DEL BULLYING

Para el sociólogo Cirilo Otero la interacción en las redes sociales y la existencia del ciberbullying “es parte de los nuevos tiempos, pero también los seres humanos vamos desarrollando nuevas técnicas, nuevos conocimientos y nuevas predisposiciones y con esto quiero decir que los niños que están naciendo en las últimas tres décadas, en caso de Nicaragua, ya tienen una herencia de sus padres, de sus abuelos que le permiten tener un desarrollo superior para adaptarse a estos nuevos tiempos”.

Otero resalta la importancia de las redes sociales que “acercan a las personas en las grandes distancias” pero también señala que tienen un efecto “absolutamente negativo cuando no estás capacitado para seleccionar lo que es útil y lo que no lo es, eso solo te lo da la experiencia y el conocimiento acerca del funcionamiento de los sistemas de comunicación en redes”.

Un conocimiento que, muchas veces no está al alcance de niños que, cada vez más pequeños están accediendo a las redes sociales sin ningún control o de jóvenes que, según Ney, muchas veces convierten al ciberbullying en “una continuación del acoso que ya están sufriendo en la escuela pues en el ciberespacio, tanto acosador como víctima, están en iguales condiciones, es decir el que acosa no necesariamente tiene que ser más fuerte porque la tecnología misma facilita que se dé la agresión”.

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