Siempre puse en duda la tan publicitada construcción del Canal Interoceánico de Nicaragua, Canal por donde transitarían superpetroleros y grandes buques de contenedores modernos que no podrían pasar por el Canal de Panamá.
Pero después de escuchar durante tres días a un equipo de expertos, que pertenecen a la peña El Bejuco de Acoyapa, llegué al convencimiento de que el Canal va.
Voy a tratar de exponer muy resumidamente —por razones de espacio— la exposición de mis paisanos, pero sin referirme ni a problemas medioambientales ni a los aspectos muy técnicos de la construcción del Canal, propios de la ingeniería.
Dicen los expertos de El Bejuco que de previo a iniciar la construcción del Canal, y habida consideración de las gigantescas como numerosas máquinas que se van a importar por mar para iniciar tan monumental obra, los chinos van a construir dos grandes puertos de aguas profundas, uno en el océano Pacífico y otro en el océano Atlántico. Don Telémaco Talavera ya confirmó que antes de que se construya el Canal se van a construir los dos puertos.
Pero es importante señalar que antes de que se construyan los dos puertos se deben construir varias fábricas de cemento, con una capacidad de producción mayor a la de todas las fábricas de cemento existentes en Centroamérica, pues se necesita cemento no solamente para construir los dos puertos sino también para construir las correspondientes carreteras de concreto hidráulico para el transporte de maquinaria, hierro, personas, etc. etc.
Además del cemento que se utilizará para ampliar algunas carreteras se necesitará cemento para construir un puente en la zona del Pacífico y tres en la zona del Atlántico, que deberán ser puentes más largos, más anchos y más altos que el Puente de las Américas de Panamá. Por otra parte, no debemos olvidar el cemento que se necesitará para construir dos aeropuertos, una zona de libre comercio, complejos turísticos, un lago artificial de 400 kilómetros cuadrados, 10,000 casas para los trabajadores y grandes plantas hidroeléctricas con capacidad para dar energía a todo el trayecto canalero y zonas aledañas.
Es preciso recalcar el hecho de que son varias como enormes las fábricas de cemento que deben construirse, por lo menos dos fábricas en el sur de Rivas, una cerca de San Miguelito, dos en el norte del río Tule y dos cerca de la desembocadura del río Punta Gorda. Y ya construidas estas fábricas, y las demás obras a las que antes nos referimos, será el momento cuando comiencen a construirse los dos puertos de aguas profundas. Y será hasta después de construidos los dos puertos, cuando empiece la construcción del Canal.
En la peña El Bejuco están seguros de que el Canal se va a construir, y están seguros de que no va a quedar como el “Supremo sueño de Bolívar”. Y que los que piensan que el Canal puede quedar como el “Supremo sueño de Mao” están equivocados. Ellos piensan que el Canal va. Que va a empezar a construirse, pero hasta que se realicen todas las obras señaladas. Es unánime la opinión de los ingenieros de la peña El Bejuco de que la construcción del Canal es cuestión de tiempo. Ellos calculan que la propia construcción del Canal —la excavación— empezará en el 2064: cincuenta años a partir de agosto de 2014.
Lo atractivo del Canal es que mientras esperamos los cincuenta años más cinco que durará su construcción, los nicaragüenses vamos a disfrutar de dos aeropuertos internacionales, uno en Rivas y otro en la RAAS, vamos a contar con complejos turísticos extraordinarios, de la más alta aceptación mundial, con varios hoteles de siete estrellas y campos de golf que no tienen que envidiar a los mejores del mundo. Si a esto unimos la zona de libre comercio y un desarrollo turístico-urbanizacional en el municipio de San Juan del Sur, tipo Marbella, tendremos que concluir que vale la pena la espera.
A los incrédulos y a los escépticos la peña El Bejuco les dice: el Canal va. El autor es abogado y escritor
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A