Lima/EFE
España y Bélgica eran los destinos de las más de 7 toneladas de cocaína incautada esta semana en Perú a una red de narcotráfico, en la que participaban dos miembros de un cártel mexicano, afirmó hoy a Efe el jefe de la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional, Vicente Romero.
Los dos mexicanos fueron detenidos junto a otros seis peruanos en la madrugada del martes cuando agentes de la PNP hallaron la droga en una fábrica de carbón de Trujillo, a 570 kilómetros al norte de Lima, lo que supuso el mayor decomiso de drogas en la historia del país.
Los narcotraficantes planeaban exportar la cocaína, escondida en rocas de carbón, a través de los buques mercantes que zarpan de los puertos del Callao (Lima) y Paita (Piura), a mil kilómetros al norte de la capital peruana.
Esta ruta era habitual desde principios de 2013, cuando los detenidos crearon las empresas Carboníferas Alfa y Omega y Betas Andinas del Perú, ambas dedicadas a la exportación del carbón.
“Conocemos que hasta ahora se habían realizado 26 envíos, pero no incluyeron droga en todos, especialmente en los primeros, para comprobar si la mercancía llegaba bien a su destino”, precisó Romero.
El jefe de la Dirandro comentó, además, que la cocaína era embarcada en bolsas de carbón que pesaban entre 1 y 1,2 toneladas y en el interior de cada una de ellas había entre 85 y 87 kilos de cocaína.
También dijo que esta droga procede del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) y del Alto Huallaga, las dos zonas más grandes de cultivo ilegal de hoja de coca, que convierten a Perú en el mayor productor mundial de la materia prima para fabricar la cocaína.
“El hallazgo confirma, además, que en Perú ya no solo se produce la hoja de coca, sino que también ha comenzado a procesarse a gran escala para obtener la cocaína”, concluyó Romero.