Piense en algo que le disguste, por ejemplo una reunión de trabajo, un examen en la universidad o alguna tarea doméstica. Observe su cuerpo.
Es probable que al pensar en estas cosas haya cortado su respiración y su musculatura se haya encogido.
Ahora, piense en algo que le guste, como un paseo por la playa, pisar el césped o la sonrisa de un bebé, y observe de nuevo su respiración y músculos. ¿Ha podido “sentir” el cambio?
“Este simple ejercicio sirve para entender que detrás de cada pensamiento hay una emoción que se refleja directamente en la manera de respirar y en la manera de colocar nuestro cuerpo al sentarnos, al andar, es decir en nuestra musculatura”, señala Maria Àngels Farreny, entrenadora personal, especialista en respiración, educación corporal y liderazgo.
Muchos problemas emocionales y físicos pueden solucionarse o mejorarse y algunas enfermedades pueden prevenirse respirando de forma consciente, oxigenando el organismo y reeducando la postura corporal, de acuerdo con esta entrenadora que ha desarrollado un método para “inhalar” salud y “exhalar” estrés.
“Una buena praxis respiratoria y postural es fundamental para tener una mejor calidad de vida, de pensamiento y de acciones, para ser más conscientes de lo que queremos y cómo lo queremos”, señala Maria Àngels Farreny.
PASOS A SEGUIR
Para Farreny, coautora del libro Dime cómo respiras y te diré cómo vives, junto con la experta en técnicas vocales y corporales Miriam Marcet, “detrás de cada gesto se esconden una emoción, un pensamiento y una respiración”.
Para Farreny, una buena respiración “está ligada a una buena postura corporal”. La manera de respirar “también está asociada a las emociones y, si aprendemos a respirar bien, no solo ganaremos en salud, sino que gestionaremos mejor nuestras emociones y tendremos más dominio de cada situación”, explica Maria Àngels.
Lo primero para respirar bien es sentir cómo entra el aire en las fosas nasales y tener conciencia de que estamos respirando. Lo segundo es cuidar la postura: la columna recta, las piernas juntas y las manos sobre los muslos.
Por regla general, respirar siempre por la nariz, haciendo respiraciones pausadas y profundas, sin dejar que la barriga se hinche, si estamos de pie. Para ello lo ideal es que la musculatura de la pared abdominal tenga tono, con ello conseguimos que el diafragma, al inspirar, masajee ligeramente los órganos internos.
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