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El torneo de la ACB reúne lo mejor del baloncesto nacional. Esta temporada de la ACB, que llega a su fin la próxima semana, se considera histórica por el espectáculo y la calidad de juego en las cuatro canchas donde se ha jugado. LA PRENSA/ R. FONSECA

La NBA nica

“¡Pollo, soltá la bola!”, grita con desespero un fanático desde las gradas del Polideportivo España a Carlos González, el jugador de los Leones de la Alcaldía, quien también atiende a su apodo cuando se lo dicen en Inglés, “Chicken”, como a veces lo llama el entrenador desde el lateral de la cancha. Bandejas de vigorones recorren las graderías. “El Pollo” González está tan concentrado en encestar la bola que ni se percata de lo que vociferó el fanático desde lo alto de la tribuna, que se extravió en el ruido infernal de esos pitos, imitaciones de vuvuzelas, que trajo la barra de los Leones.

 

Amalia Morales

“¡Pollo, soltá la bola!”, grita con desespero un fanático desde las gradas del Polideportivo España a Carlos González, el jugador de los Leones de la Alcaldía, quien también atiende a su apodo cuando se lo dicen en Inglés, “Chicken”, como a veces lo llama el entrenador desde el lateral de la cancha. Bandejas de vigorones recorren las graderías. “El Pollo” González está tan concentrado en encestar la bola que ni se percata de lo que vociferó el fanático desde lo alto de la tribuna, que se extravió en el ruido infernal de esos pitos, imitaciones de vuvuzelas, que trajo la barra de los Leones.

Es lunes por la noche y se juega el primero de los siete partidos de la final del XVII Campeonato de Baloncesto de la Asociación de Clubes de Baloncesto, ACB.

Esta es la Liga profesional del básket nacional, la única en la que juegan extranjeros. En la que se mueren por participar los jugadores locales. Es, de cierta manera, la versión nica de la estadounidense NBA, la Liga en la que se juega el mejor basquetbol del mundo.

González es uno de los jugadores de más baja estatura (5 pies, 8 pulgadas) donde hay gigantes, como el bluefileño Bartel López o el senegalés Gana Ndiaye, quienes congenian con los dos metros. Él, quien cuando no juega “taxea” para sobrevivir, viene cargando con una lesión en el hombro derecho.

En los últimos partidos lo han tumbado varias veces y el peso de su cuerpo pequeño y recio, más el de otros jugadores, a veces, ha recaído sobre ese hombro y ha agravado su tendonitis.

Previo a la final, los Leones quedaron renqueando: dos de los jugadores extranjeros regresaron a su país y su estrella Noel McKenzie, también capitán del equipo, sufrió un desgarre en el talón de Aquiles por el que lo mandaron a enyesar. Desde la banca y en muletas, McKenzie es quien dirige al equipo, aunque oficialmente es solo un asistente. McKenzie salta en un pie cuando celebra las jugadas de su equipo, muchas de ellas armadas por “El Pollo” , quien driblando el balón salta y burla a las torres de músculos y huesos largos del equipo rival.

González dice que está dispuesto a sudar la camiseta en la cancha hasta los últimos segundos de esta final que disputan dos conjuntos que cargan nombres de animales: Leones y Toros. Ambos dejaron atrás a otros dos equipos: los Tiburones y los Tigres.

MÁS QUE CINES Y PIZZA

Hace casi cuatro meses que arrancó el campeonato de la ACB con cuatro equipos. A veces han sido seis.

Luis Pavón, presidente de la ACB, indica que este ha sido el año “top” para esta Liga, que comenzó en la cancha de la UAM (Universidad Americana) en 1998. Pavón recuerda que este torneo se creó como una alternativa de recreación para “gente de clase media que en esa época solo tenía cines y pizza” como opciones de diversión.

Los jugadores de esos primeros torneos salieron de las Ligas de Don Bosco y del parque Luis Alfonso Velásquez y de algunos colegios. Muchos, una vez que entraban a equipos universitarios, como la UAM o UdeM (Universidad de Managua) recibían becas deportivas y se quedaban estudiando y jugando en esa alma máter. Aún es así.

Los barrios y los colegios privados han sido canteras de jugadores de baloncesto a lo largo de su historia, afirma Luis Núñez, quien ha practicado este deporte durante cuarenta años.

“Este ha sido un deporte de estudiantes”, cuenta Núñez, quien recién ingresó al Salón de la Fama del deporte nacional por su trayectoria en este deporte, que se inventó en Estados Unidos a finales del siglo XIX.

“El ochenta por ciento de los jugadores tiene nivel universitario”, refiere Pavón, consciente que del baloncesto aún no se vive en este país y por eso se prioriza que estudien.

Muchos de los jugadores también salen de municipios caribeños, como Bluefields y Corn Island. También han surgido basquetbolistas en San Isidro, Matagalpa y en La Trinidad, en este último, el juego del aro es el deporte rey, por encima del beisbol y el futbol, según Pavón.

SE VIVE Y NO SE VIVE

A lo largo de esta Liga se les paga un sueldo fijo que oscila entre los 250 hasta los 1,000 dólares.

Cuando acaba el torneo muchos jugadores se dispersan para jugar en las Ligas de barrio donde les pagan al destajo, 200, 300 pesos por juego. Algunos se van a jugar a otras Ligas centroamericanas.

El bluefileño Vansdell Thomas, quien juega con los Tiburones y es parte de la Selección Nacional, antes que arrancara la ACB, estuvo jugando en Guatemala.

Mientras que Bartel López, quien juega para los Toros de Matagalpa con el número 23, el mismo que usaba Michael Jordan en los Chicago Bulls, pasó una temporada en un equipo de la tercera división española.

“La Liga paga un salario, pero no ayuda mucho para sobrevivir. La vida está cara, es muy difícil. En ocasiones uno se “amarra” el estómago cuando se trata de comida. En algunas ocasiones me levanto y no tengo qué comer, en otras tengo que decidir si desayuno o ceno para que me rindan los alimentos, ya que me independicé de mis padres y alquilo un cuarto”, declaró Jonathan Martínez a la cronista deportiva Rosa Membreño en un reportaje reciente que publicó el Diario Hoy.

Martínez, de 27 años, conocido en la cancha como “El Zurdo”, es uno de los jugadores más destacados del torneo.

SANGRE DE LA NBA

Durante años uno de los atractivos del torneo ACB fue ver las clavadas y los tiros de larga distancia del estadounidense Jason Walters, quien a sus 43 años sigue activo con los Tigres de la UdeM. La presencia de extranjeros es uno de los imanes del evento. Para los nacionales representa una oportunidad para calibrar su nivel de juego, explica Pavón.

Este año vinieron extranjeros muy altos y de alto rendimiento. Entre ellos sobresale el dominicano Amaury Ripoll, quien también juega en Costa Rica.

También hay jugadores de Senegal, la isla San Vicente y Granadina y Estados Unidos. Incluso prospectos de la NBA, como Quinton Doggett, quien esta semana abandonó el torneo para integrarse a un equipo de desarrollo de la soñada Liga.

Doggett jugó con los Toros de Matagalpa, que también se armó con Duane James, pariente de Lebrón James, la actual estrella de la NBA, y Gimitri Rice, hijo menor de Glen Rice, exjugador galáctico de la NBA, quien vino en agosto al país y viajó hasta Matagalpa para ver jugar al más pequeño de su clan.

Pavón dice que para el año entrante que empezarán a conformar la Selección Nacional, de cara a los juegos centroamericanos del 2017, esperan traer más extranjeros.

LA BARRA DE MATAGALPA

Jorge Cruz Velásquez se pone unos cachos plásticos bovinos, agarra un lampazo, menea la cintura con bastante arritmia mientras restriega el lampazo en las áreas resbalosas de la cancha El Brigadista de Matagalpa.

Cruz es la mascota de Los Toros, el único equipo de los cuatro en el torneo que no es de la capital. No falla en los partidos que se celebran en la ciudad norteña. A veces los acompaña a los partidos celebrados en Managua.

Además de animar a la barra, de limpiar y sacar el agua que se empoza en la cancha, Cruz también recorre las calles matagalpinas con una barata anunciando los partidos.

“Soy PTM, Para Toda Mierda, pues”, dice sonriente este hombre pequeño y regordete, quien por tantas funciones se considera ya de la directiva del equipo.

“Las noches de Matagalpa no son las mismas cuando hay juego”, cuenta Cruz, quien cree que hay mucho entusiasmo entre los jóvenes con este deporte.

La barra de Matagalpa es particular y llamativa. Tras cada jugada la tribuna estalla en aplausos, gritos y largos pitazos.

Desde la cancha los jugadores maniobran con la barra. Cuando Doggett, una de las torres de Los Toros, bate los brazos como si fueran alas, es el aviso para elevar la bulla y con ella intentar descontrolar al jugador del conjunto rival cuando hace tiros libres.

En otros momentos, el mismo jugador mueve sus manos como un pianista. Es para pedirle silencio y permitir la concentración del jugador de Los Toros que hará un tiro libre.

“Parece el Madison Square Garden de ruidoso y apasionado”, escribió en su muro de Facebook Jásser Jiménez, armador de Los Toros.

Después del juego siempre hay niños y adultos que corren hacia los jugadores y piden hacerse fotos con ellos. Siempre acceden y sonríen aunque brillen de sudor. “La gente paga por ver el show”, dice Pavón.

En Matagalpa, además del perifoneo por las calles, los partidos se transmiten en vivo por internet a través del canal local Notimatv.

A pesar del entusiasmo, el juego y el equipo, Matagalpa carece de un buen gimnasio. La cancha de El Brigadista es la más precaria del torneo. Es de cemento, lo que maltrata más los pies y articulaciones de los jugadores y cada vez que llueve el agua se cuela por uno de los costados, inundando gran parte de la cancha.

Por este inconveniente a veces el juego se retrasa hasta una hora. Es tarea de Cruz, el hombre de los cachos, y hasta de jugadores, pasar trapos, papeles y hasta aserrín para intentar secarla.

Cruz asegura que esta cancha se construyó a finales de los setenta y le ha faltado mantenimiento. Desde que surgieron los Toros, en el último año, se le aplicaron algunas mejoras, como pintura en el cemento y en las graderías, pero los organizadores están conscientes que les falta un verdadero gimnasio y están buscando patrocinio, estatal o privado, para mejorarlo.

Pavón recuerda que así empezó la UdeM hace diez años. Se jugaba en un descampado, con luces precarias y ahora posee la mejor cancha, con pizarra electrónica y un tabloncillo sintético semiprofesional.

DIFUSIÓN EN REDES

Parte del torneo también se difunde y discute en las redes sociales. La cronista deportiva del Hoy, Rosa Carola Membreño, ha grabado gran parte de los juegos y luego los ha compartido en su muro de Facebook.

Los videos de Membreño, que registran el espectáculo pero también las faltas cometidas en algunos partidos, han provocado polémicas entre fanáticos y jugadores. Fueron los videos de Membreño en los que Glen Rice vio jugar a su pequeño Gimitri.

EQUIPO DE SELECCIÓN

Los Leones han ganado los tres primeros cuartos de este primer juego en el Polideportivo España, pero Los Toros, al mando de Bartel, han estado sobre la jugada. El aparición del equipo de la Alcaldía ha sido una de las revelaciones de este torneo. La comuna parece ir en serio en su apoyo al basket. Además, de las canchas del parque Luis Alfonso están creando infraestructuras en otros barrios. Hace poco abrieron el complejo deportivo Héroes y Mártires de Batahola, en Batahola Norte. Núñez también resalta la aparición de Ligas infantiles de baloncesto.

En esta ACB la Alcaldía integró un equipo con buena parte de los jugadores de la Selección Nacional. Muchos de ellos, entre ellos “El Pollo” y McKenzie, arrancaron medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de Panamá en el 2010.

Uno de sus hinchas es Fidel Moreno, el secretario de la Alcaldía de Managua, quien suele llegar a los partidos acompañado por un séquito. A veces entra solo cuando el juego ya ha comenzado.

Desde la etapa semifinal, la barra de los felinos se ha multiplicado. Pasó de ser un grupo de conocidos, casi todos esposas e hijos de los jugadores, a una barra portátil compuesta por chavalos que se uniforman con camisetas de la JS (Juventud Sandinista), quienes llegan armados de vuvuzelas y viajan en cuatro o cinco buses.

“¿Cuáles son Los Leones?”, pregunta uno de los que viste camiseta de la JS. “Los de azul”, le responde otro, y acto seguido parten los tímpanos al resto del público con las diminutas trompetas plásticas.

“¡Umaña, Umaña!”, grita la barra felina. Es el apellido de un jugador enorme al que también apodan el “Baby Shaq”, evocando a Shaquille O’neal, el monumental exjugador de la NBA. Umaña, un hombre grande con cara de niño y tatuajes en los brazos, sale sonriente a la cancha. En sus manos el balón parece una diminuta pelota de jackses.

Esa barra desordenada también intenta estimular a “El Pollo”, quien se detiene un segundo a mitad de la cancha antes de intentar romper la muralla de Los Toros y colarse debajo del aro y meter la bola.

El partido no ha sido apto para hipertensos. El vencedor se define en el último segundo. Un pitazo del árbitro cantando una falta contra Duanes James, de Los Toros, que alarga el partido a tres tiros libres y le dan el gane. La tropa de Bartel López, logra una victoria pírrica de 68 a 67.

“El Pollo” González se lleva las manos a la cintura y tiene cara de quien no lo puede creer. Él, quien tiene 34 años y es uno de los más veteranos de la Liga, volvió para jugar con el alma. Apenas termina el juego, los camarógrafos y la barra portátil corren hacia los árbitros. También rodean a McKenzie, quien suda copiosamente y no acaba de digerir lo ocurrido. Hay cierta tensión. Los mismos jugadores ayudan a disiparla. Así comienza la final. Ya tendrá chance “El Pollo” de quedarse con el balón y armar jugadas memorables.

(Con la colaboración de Humberto Galo).

La caravana de Los Toros de Matagalpa mientras  celebra su pase a la final. El equipo del norte intentará  retener el campeonato.  LA PRENSA. R. FONSECA

Reportajes cancha Leones NBA archivo

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COMENTARIOS

  1. Panchon Herrera
    Hace 10 años

    Gracias, Amalia Morales por este excelente articulo. Este fantastico deporte recibe poca atencion y apoyo en Nicaragua. Los informes escuetos de los partidos es lo unico que sale a relucir. Nos das un vistazo a los esforzados jugadores y las condiciones precarias en que se desenvuelven. Hay que desarrollar desde los “grass roots” y fomentar el basket como una alternativa mas del plato deportivo. En lugares donde se le ha dado apoyo al basket termina siendo uno de los deportes favoritos.

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