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Rescatar a Gena

Philip Montalbán quiso ser abogado, pero terminó siendo músico. Sus ritmos caracterizan la cultura de la Costa Caribe nicaragüense y ha participando en luchas ambientales. Tiene 58 años, pero más allá de las giras, las melodías y las rastas, es un hombre enamorado. Es esposo coqueto, amigo, confidente y compañero espiritual de Gena Duffis, su “negra”, a quien ha dedicado 32 años de matrimonio.

Por Mónica García Peralta

Philip Montalbán quiso ser abogado, pero terminó siendo músico. Sus ritmos caracterizan la cultura de la Costa Caribe nicaragüense y ha participando en luchas ambientales. Tiene 58 años, pero más allá de las giras, las melodías y las rastas, es un hombre enamorado. Es esposo coqueto, amigo, confidente y compañero espiritual de Gena Duffis, su “negra”, a quien ha dedicado 32 años de matrimonio.

Gena, de 57 años, lleva casi la mitad de su vida en una batalla para poder respirar y hablar con normalidad. Ella vivió casi tres años con hipertiroidismo, una enfermedad causada por deficiencia de yodo en el organismo, según le dijeron los médicos. Esto le provocó la inflamación de las glándulas tiroideas (ubicadas en el cuello). A esta inflamación se le conoce como “bocio” y Gena la tuvo desde los 27 hasta los 29 años. Su salud se complicó desde entonces.

Ambos provienen del mismo pueblo: Tasbapounie. En esta comunidad del Caribe Sur de Nicaragua, en Laguna de Perlas, todos se conocían, “habitarían quizás una quinientas personas”, recuerda Gena, pero fue hasta que ambos coincidieron en el colegio de Bluefields que se enamoraron. Montalbán se define como un apasionado de la música desde muy joven. Su primera guitarra la tuvo a los 14 años y desde entonces compuso y mezcló sus canciones. Su talento le daba de comer, dónde vivir y con qué divertirse mientras estudiaba en Bluefields.

Siempre sonriente y enamoradizo comenzó a “molestar” a Gena todos los días por varias semanas. “Pasaba por su casa y le cantaba “tal vez, tal vez, quizás”, cuenta. Y así, entre la música y gran entrega, es que su amor ha perdurado por 32 años. Con un año de noviazgo y los nervios por estallar decidieron casarse en 1982. “Por el consejo de un anciano, decidí pedir tu mano, no tengo nada que ofrecerte, pero tu amor me da la suerte”, cantó Philip a su esposa en el tema Mi Negra .

[doap_box title=”Un poco de amor” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Desde hace unos dos meses Philip empezó a recaudar el dinero para la operación de Gena a través de una página que posteó en su perfil de Facebook. Hasta la fecha le han donado 1,960 dólares.

Por eso decidió organizar un festival benéfico llamado “Un poco de amor”, el próximo 27 de septiembre, en el tercer piso de Metrocentro.

Las entradas del evento se destinarán a la operación de Gena y tienen un valor de 100 córdobas por persona.

Otros artistas se han unido a la causa, entre ellos Milly Majuc, Mario Sacasa, Momotombo, La Cuneta Son Machín y muchos más. El evento empezará a partir de las 3:00 de la tarde.

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Tiempos difíciles

Gena es tímida y algo temerosa. El bocio se le formó después de tener a sus dos primeros hijos, en 1984. La guerra los hizo huir de la Costa y trasladarse a vivir en Managua, donde el racionamiento de la época también les tocó. En ese entonces la sal que se ingería no tenía pizca de yodo y tampoco había medicamentos que pudieran controlar el avance de la enfermedad, además los hospitales tenían otras prioridades.

La situación se salía de control en 1986, pues el bocio ya era casi gigante. Gena no pudo más, se internó en el Hospital Lenín Fonseca y esperaba la operación. “Yo no sé, yo me salí porque ya eran veintitantos días y nunca me miraron. Yo joven no era urgencia y llegaba bastante gente que traían de la guerra. Más bien me dio miedo y me fui”, recuerda.

La pareja decidió viajar a Chinandega. “Escuchamos que había una brigada rusa y ellos harían la operación. Por eso tal vez salió mal, porque en una brigada puede ser que no son médicos especialistas en eso, pero uno no sabe lo que le va a tocar”, sostiene Montalbán y se refiere a que desde entonces la vida de su joven esposa perdió calidad. Los años que siguieron fueron bastante duros, según comenta.

Gena no podía hacer nada, no tenía una vida normal, no podía trabajar. Se cansaba y no era capaz de caminar siquiera dos cuadras. Si hacía algún quehacer se quedaba sin aire. Estuvo mucho tiempo deprimida, no salía de su casa. Ellos nunca entendieron por qué, los médicos no sabían explicarlo y así pasaron 13 años.

“Viva de milagro”

Desde la operación Gena sintió que casi no respiraba. “Yo iba donde el doctor del bocio, pero quizás él no sabía lo que me había pasado. Estaba muy mal y así pasé años, sin saber qué tenía”, cuenta Gena, quien en 1999, tras una neumonía, casi pierde la vida, pero “por milagro me salvé”, asegura.

Después se enteró por boca de varios médicos del Lenín Fonseca, donde la atendieron ese año, que había quedado inconsciente porque esos 13 años estaba respirando nada más 20 por ciento del oxígeno que necesitaba. Porque años atrás, cuando acudió a los rusos para aquella operación en medio de fuego cruzado, accidentalmente le habían paralizado las cuerdas vocales.

La neumonía de entonces le quitó el poquísimo aire que llegaba a los pulmones de Gena y de inmediato le dio un paro respiratorio. Los médicos operaron de emergencia, hicieron una traqueotomía, es decir, colocaron un aparato en su cuello para permitir que el oxígeno alimentara su organismo. “Quince largos años con esto”, lamenta Gena.

Ambos ya están desesperados para que Gena deje de depender de ese aparato para respirar. Han ido de doctor en doctor, incluso a Cuba pero ninguno le daba esperanzas, le decían que el riesgo es de dejarla muda o morir si algo sale mal. “Yo quiero intentarlo, es horrible estar con eso aquí”, dice señalando su cuello, el cual cubre siempre con una bufanda.

La apuesta de ahora es un médico estadounidense que ofreció su ayuda y se siente capaz de hacerlo. El problema: dinero. Entre los gastos de la operación y atenciones médicas que derivan del procedimiento, el presupuesto asciende a 15,000 dólares. “Como músico —dice Philip— ofrezco mis servicios o grabaciones a cambio de ayuda. He visto a mi esposa enferma todos estos años y estoy muy preocupado por ayudarla a volver a la normalidad”.

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La Prensa Domingo Sección Domingo Gena Philip archivo

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COMENTARIOS

  1. Angela Lanuza
    Hace 10 años

    Es admirable el amor de esta pareja y la dignidad que como artista a demostrado todos estos años Philip M. regalándonos su musica y su luz, sin duda alguna que estas cosas fortalecerá esta relación y sera de ejemplo para muchas familias.
    La persona que a escrito anteriormente tendría que pasar una semana en la vida de un artista Nicaragüense, para saber a cuantas puertas hay que acudir y pedir ayuda cuando se tiene una dificultad como esta. Saludos Philip M y esposa Gena.

  2. Asi es la Vida
    Hace 10 años

    No eres el cantor de la pareja presidencial. porque cuando te llaman salis corriendo. No crees q ellos te deben de ayudar. La prensa y la oposicion son los q acudis por ayuda pero cuando se requiere de una manifestacion de solidaridad la mostras para la Chayo… yo en lo personal te ayudo. No tengo ningun problema, pero la vida es ironica cuando nos demuestra como estas cosas pasan, De seguro la Chayo te dio la espalda

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