Leonor Álvarez
Arteaga hace ver que en el proceso de la UNO no existía el “espíritu del caudillismo” y los 14 partidos que la conformaban eran variados, pero con igual peso de decisión todos.
Arteaga contrasta que el actual proceso liberal es una búsqueda de unir a la “familia liberal” que está atomizada en varios grupos liberales, pero su principal problema es discutir cuál es la segunda fuerza política en el país.
También dijo que la UNO encontró consenso en la necesidad de cambiar el rumbo del país.
[/doap_box]
No existe comparación entre la Unión Nacional Opositora (UNO) de los años noventa y los actuales procesos de unidad de los liberales. Ni el contexto ni la cantidad y diversidad de 14 partidos que en el pasado formaron la UNO se pueden siquiera comparar en la actualidad con los dos partidos liberales que aún siguen discutiéndose cuál es la segunda fuerza política en el presente, “no existe ni la más mínima comparación”, afirman y reiteran actores políticos que vivieron los noventa y que son observadores de la actualidad política del país.
El excandidato presidencial Fabio Gadea Mantilla opina que en los años noventa había una “verdadera necesidad” de luchar en contra de un “régimen tiránico comunista” que se había instalado en el país y el anhelo de terminar con la guerra civil.
Gadea refiere que ahora también está instalado un régimen autoritario que quiere permanecer en el poder y por eso nuevamente surge la necesidad de una unidad opositora. Sin embargo, para Gadea la unidad que está en proceso entre los partidos Liberales Independiente (PLI) y Constitucionalista (PLC), no han demostrado la renuncia a sus intereses electoreros para lograr una unidad política que verdaderamente se pueda oponer al actual sistema de gobierno, dirigido por el Frente Sandinista (FSLN).
“La unidad si es para elecciones no sirve para nada, porque se estrella ante el CSE que no ofrece ninguna garantía”, expresó Gadea.
HACER “PRIMARIAS LEGÍTIMAS”
El excandidato presidencial propone hacer unas “primarias legítimas”, para decidir quién estará al frente de la unidad.
Por su parte, el diputado destituido de ese cargo por el partido gobernante, Agustín Jarquín Anaya, hace ver que en los noventa y la actualidad son contextos muy diferentes para compararlos, pero aún así considera que se pueden sacar algunas lecciones políticas.
Jarquín recuerda que la UNO se gestó bajo una vocación integradora, pese a que los 14 partidos que la conformaron eran de diferentes ideologías, pero todos estaban dispuestos a unirse porque había necesidad de cambiar el rumbo del país.
El exdiputado relata que estos 14 partidos se desprendieron de sus intereses particulares, incorporaron a las bases en sus propuestas y elaboraron una sola propuesta que los llevó al triunfo de la UNO.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 A