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TPP: ¿Sí o no?

No hay certeza entre el sector privado de Nicaragua y del resto de Centroamérica si conviene ser parte del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económico (TPP, siglas en inglés). Lo claro para los empresarios es que si se está dentro habrá acceso en condiciones preferenciales a mercados hasta ahora inaccesibles, como Australia o Nueva Zelanda.

 

No hay certeza entre el sector privado de Nicaragua y del resto de Centroamérica si conviene ser parte del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económico (TPP, siglas en inglés). Lo claro para los empresarios es que si se está dentro habrá acceso en condiciones preferenciales a mercados hasta ahora inaccesibles, como Australia o Nueva Zelanda.

“Además nos aseguramos de pelear por conservar nuestros principales mercados como Estados Unidos, porque al abrirle su mercado a competidores tradicionales nuestros como Vietnam, el riesgo es que nuestra producción textil sea reemplazada fácilmente”, dice Mario Amador, vicepresidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin).

El problema que observa Amador es que el TPP abrirá un mercado de grandes dimensiones de comercio libre y con ello una gran competencia. “Muchas de las maquilas que nosotros tenemos aquí, que posiblemente decidan quedarse aún sin los TPL (Nivel de Preferencia Arancelaria que permite exportar a EE. UU. prendas de vestir elaboradas con materia prima de países fuera del DR-Cafta), seguramente van a migrar a Vietnam, donde el salario mínimo es infinitamente menor que el que tenemos aquí”.

[doap_box title=”Complementario” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

El hecho que Nicaragua tenga ya Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile, México, Estados Unidos y otras economías ya integradas o por hacerlo en el Acuerdo Transpacífico, para Carlos Salinas, presidente de la Cámara Mexicana Nicaragüense, supone que los tratados se complementen. Eduardo Fonseca, director ejecutivo de la Cámara de Comercio, ve oportunidad “si se concreta el Gran Canal, el TPP favorecería, porque construiríamos puertos en el Pacífico y el Atlántico y entonces tendríamos gran demanda de paso de mercancías” .

[/doap_box][doap_box title=”Centroamérica se inquieta” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Luis Cardenal, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de El Salvador, sostiene que en la región lo que más preocupa es perder espacio con Estados Unidos, debido a las reglas de origen flexible establecidas en el Acuerdo Transpacífico, que permitirán a países como Vietnam y Malasia, que ya tienen un buen porcentaje del mercado textil en esa nación, a comprar hilasa y tela más barata de China y Bangladesh, volviéndose todavía más competitivos.

Dice Cardenal que adicionalmente en el caso de Vietnam, se identifica que tiene costos laborales 24 por ciento menores a los de Centroamérica, “y que los costos de energía en El Salvador son 238 por ciento mayores”.

“Con la entrada en vigencia del TPP, según estimaciones realizadas, en tres años podría perderse el 57 por ciento del valor de nuestras exportaciones del sector textil y confección, 25,000 empleos en empresas de este sector y 15,000 empleos adicionales en otras industrias de la cadena productiva del sector textil y confección”.

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Lo mismo inquieta a Luis Cardenal, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de El Salvador, debido a que “en Vietnam las empresas estatales son altamente subsidiadas, por lo que no se estaría compitiendo en similares condiciones”.

Con las exportaciones de azúcar Amador no ve mayor problema “porque la cuota que enviamos a Estados Unidos es pequeña, representa apenas el cinco por ciento (de la demanda de ese país), pero sí a los productos de alto valor puede crearle graves consecuencias”, afirma.

Sin embargo, al ser miembro del TPP el país adquiere nuevas responsabilidades en materias laborales, medioambiental así como de derechos de patentes e institucionales.

GRAN ZONA COMERCIAL

Pero ¿qué es el TPP? Se le conoce como la expansión del Acuerdo de P4, un tratado de libre comercio multilateral entre las economías de la región de Asia y el Pacífico. Fue firmado en 2005 por Brunei, Chile, Singapur y Nueva Zelanda. Está vigente desde 2006.

Australia, Canadá, Estados Unidos, Malasia, México, Perú, Japón y Vietnam se incorporaron posteriormente o aún se encuentran en negociaciones; y otros como Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Laos, Colombia, Costa Rica, Indonesia, Bangladesh, India, y China han mostrado su interés en participar en el acuerdo.

“Se está creando la zona de libre comercio más grande del mundo… hablamos que representa casi el 40 por ciento del PIB mundial y el 25 por ciento del comercio mundial”, asegura Álvaro Porta, especialista en comercio internacional.

Hay quienes ya comercian dentro de este acuerdo, como Chile que exporta con cero por ciento de arancel a Singapur, en la misma condición el 94 por ciento de sus productos a Nueva Zelanda. Y en diez años irá desgravando sus aranceles a las importaciones de productos sensibles como la leche, textiles y calzado. Similares condiciones se otorgan al resto de miembros.

“Van 19 rondas de negociación. La dinámica es fuerte, casi cada tres meses hay niveles de reunión de ministros para concretarlo”, afirma Porta. Identifica que el Acuerdo Transpacífico está siendo la opción de grandes potencias para dinamizar sus comercios ante la débil recuperación tras la crisis económica, como por los lentos avances de los procesos de negociación de áreas de libre comercio en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

“Quieren que sean más agresivos que los acuerdos alcanzados en la OMC y por tanto se darán más concesiones en el intercambio comercial y para atraer inversiones”, dice Porta. Pero es algo similar a lo que hizo Centroamérica en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y República Dominicana (DR-Cafta), y en el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

Y pese a ser un tratado comercial, sumarse no es fácil. “Si Nicaragua quiere participar se tiene que expresar el interés, primero se aceptaría como observador y luego le toca hacer un intenso lobby para que se nos acepte como parte”, indica Porta, también decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad Americana (UAM).

Explica que hay veinte grupos de negociaciones del TPP definiendo sobre los estándares que quieren tener en su zona comercial. “Por ejemplo se da alta protección a la inversión extranjera. Me atrevería a decir que nosotros tenemos nuestro marco de protección y respeto en ese tema, cumple desde ya”, afirma.

El cuidado sería en el tema de la propiedades intelectual, porque los países industrializados dentro del TPP hacen cambios en la legislación. “Como país no somos grandes productores de patentes ni de nuevas especies de vegetales ni de semillas mejoradas, y sería un gran desafío para los negociadores que no se maltraten los intereses nacionales”, afirma.

Los empresarios tienen claro que deben sentarse con los representantes de los ministerios de Comercio, de Agricultura y la misma Presidencia para analizar con prontitud los pros y contras de subirse o no al tratado comercial más grande del mundo.

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