El presidente del poder electoral, Roberto Rivas, estaría colocando en el pueblo nicaragüense una intención que jamás ha existido, al decir que le preocupa la posibilidad de ser blanco de agresiones, debido a “tanto descrédito” y “tanto odio” de parte de quienes lo señalan de hacer fraudes electorales.
Así opinan tanto la exguerrillera Dora María Téllez como el analista político Carlos Tünnermann sobre las declaraciones de Rivas.
Téllez indicó que Rivas quiere ver algo que es “institucional”, el hecho de que la población exija un Consejo Supremo Electoral (CSE) imparcial, como algo “personal”, lo cual además le ayuda a justificar el que ande protegido por patrullas y policías que se podrían ocupar para brindar seguridad a la población.
La comandante guerrillera agregó que Rivas nunca ha denunciado haber sido víctima de pedradas o que alguien le haya al menos escupido. “Lo que quiere es abusar del poder, utilizar a la Policía como mandaderos de su esposa y sus hijos, es una sinvergüenzada”, opinó Téllez.
Tünnermann expresó que los nicaragüenses no somos inclinados a actos de violencia contra las personas, incluso cuando ha sido época de “mayor intensidad”.
“El que las debe, las teme”, dijo Tünnermann, quien señala que el temor de Rivas podría deberse a que es consciente de que encabeza un poder electoral que ha perpetrado tres fraudes y que las encuestas ubican al tribunal electoral como no creíble, a lo cual se le suma que el magistrado fue reelecto a pesar de la opinión en contra de un gran sector de la sociedad, incluyendo a los obispos católicos.
Téllez y Tünnermann también coincidieron en que en vez de expresar temor, lo que Rivas debería de hacer es renunciar a su cargo por todos los reclamos que existen contra el actual poder electoral. “Debería de irse del Consejo Supremo Electoral”, declaró Téllez. “Por respeto a sí mismo, debería de renunciar”, finalizó Tünnermann.
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