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LA PRENSA/DOUGLAS LÓPEZ

“En los cuentos como en un espejo”

Sergio Ramírez Mercado hace un inventario de sus relatos en Cuentos completos , que integran siete libros reunidos por la editorial del Fondo de Cultura Económica. Relatos desde 1963, su primer libro de cuentos hasta El reino animal aparecido en el 2006.“Está todo, los libros completos, es un repaso por mi obra de narrador porque me veo en los cuentos como en un espejo”, anuncia.

Sergio Ramírez Mercado hace un inventario de sus relatos en Cuentos completos , que integran siete libros reunidos por la editorial del Fondo de Cultura Económica. Relatos desde 1963, su primer libro de cuentos hasta El reino animal aparecido en el 2006.“Está todo, los libros completos, es un repaso por mi obra de narrador porque me veo en los cuentos como en un espejo”, anuncia.

¿En su primer libro dedicado a su mamá, está alguna anécdota curiosa, tiene algún recuerdo especial?
[doap_box title=”Tome nota” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]Cuentos completos se presenta el martes 23, en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, a las 7:00 p.m.[/doap_box]

En este libro están parte de las cosas que uno hace a los 19 años. Estos cuentos habían sido publicados en Ventana y en La Prensa Literaria. En este libro me sentí acompañado de una corona de muy buenas estrellas porque Mario Cajina Vega tenía una imprenta en Managua en la Calle del Triunfo muy cercana a LA PRENSA, que se llamaba pomposamente Editorial Nicaragüense, era una imprenta pequeña, la tipografía se levantaban a mano, era muy artesanal, y él hizo una edición muy bien cuidada, muy linda, en la portada lleva una viñeta que hizo en tinta china Pablo Antonio Cuadra y luego las ilustraciones de los cuentos son dibujos de Leoncio Sáenz y el prólogo de Mariano Fiallos Gil.

Se hicieron 500 ejemplares, en un papel que Mario bautizó como vegetal (cartulina martillada que era la tapa). En León no me había casado con Tulita pero como ella siempre que ha sido muy entusiasta, tomó el libro y se lo llevó a vender de puerta en puerta y yo me ruborizaba, yo quería meter debajo de la cama (risas, risas, risas). A los 14 años publiqué mi primer cuento en LA PRENSA que tenía una página literaria los domingos y Pablo Antonio me publicó un cuento que le mandé que se llamaba La carreta náhuatl , publicado en septiembre de 1956 cuando salió el cuento mi abuela (Petrona Ramírez), al igual que la Tulita, salió a las casas y pedía que le leyeran el cuento, igual yo también me fui a meter debajo de la cama (risas, risas, risas).

[doap_box title=”Una edición perseguida” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

¿De su libro De Tropel y tropelías ha incluido más cuentos en esta edición? Cuando escribí este libro en Costa Rica a finales de los sesenta y que ganó el Premio de la Revista Imagen en Caracas en 1971, tres o cuatro cuentos no alcancé a meter y escribí después de que se publicaron entre que gané el Premio y se hizo la edición en la Universidad de El Salvador, van tres o cuatro cuentos adicionales.

Publicado en El Salvador en 1971 entró el ejército a la universidad y la quemaron y desapareció la edición, después Pablo Antonio hizo una con el sello de El pez y la serpiente, se imprimió en 1972 y vino el terremoto (risas, risas, risas), un libro muy perseguido, esas ediciones no circularon por estos desastres y luego se hizo la edición de la editorial Nueva Nicaragua que tiene las ilustraciones de Dieter Mahsur Bob Canell eso a comienzo de los ochenta.

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De mi primer libro conservo un ejemplar sagrado, es el único, ese libro también tienen que ver con otra circunstancia, mi papá siempre había insistido en que fuera abogado ya que veníamos de una familia modesta de músicos, fui a estudiar derecho por su voluntad, antes de aparecer con mi título de abogado aparecí con mi libro de cuentos, eso me daba cierta aprensión, pues él quería que fuera abogado, cuando le mostré el libro me dijo: “Ahora tenés que subir el escalón y escribir una novela”.

Hemos visto al cuento como un arte menor de la escritura, ¿por qué?

Es un prejuicio y que se ha acentuado más, hoy un escritor joven no empieza por un libro de cuentos porque hay un entendimiento como algo negativo, las editoriales no privilegian los libros de cuentos sino las novelas porque supuestamente tiene más ventas. Cuando me formé como cuentista, los grandes cuentistas estaban en las librerías, Horacio Quiroga, Maupassant, después me encontré con Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, y la poesía se leía más porque uno encontraba a Vallejos, Neruda, García Lorca, Alberti, eran poetas populares. Cuando empecé a escribir no pensaba en la novela, yo quería ser cuentista y eso me atraía, leí más cuento que novela, Juan Aburto me formó en todos las lecturas de estos cuentos que te mencioné.

¿Las grandes responsables de que se mire el cuento así son las editoriales?

Es un asunto también de nuestra cultura hispanoamericana porque en Estados Unidos se publica un anuario de los cuentos que yo los compro cuando viajo a los Estados Unidos y está publicado por un escritor de peso y está publicado en una selección todo lo que apareció en ese año y leyéndolos me he encontrado que entre Estados Unidos y Canadá hay 400 revistas que publican cuentos, lo que significa que hay un mercado activo y que es un género que sigue muy vivo.

Tal como se concibió el cuento anglosajón que era para leerse en revistas y suplementos que mientras uno iba en el metro iba leyendo o mientras esperaba en el dentista, el médico o el abogado uno se detenía en una lectura completa, ese fue el sentido que tuvo el cuento.

SARA, SU NUEVA NOVELA
¿Prepara alguna novela o está más orientado al cuento? ¿Qué planes?

Terminé una novela que aparecerá en marzo en España por Alfaguara y se llama Sara que tiene un conflicto con Abraham y con Dios, es una novela que me encantó escribirla, meterme en el antiguo testamento. La historia de Sara está escrita en tres páginas y el encontrarme con eso y multiplicarlo me gustó mucho, ver ese mundo patriarcal donde la mujer tiene que hacer lo que el hombre le diga y sigue siendo así, ella con mucha astucia termina haciendo lo que le da la gana.

¿Le gusta escribir sobre las mujeres, su última novela La fugitiva es un ejemplo, tiene fascinación?

Me han fascinado siempre estas historias y sobre todo lo que pasa en la sociedad que les ha asignado un lugar muy limitado, y es el caso de la fugitiva donde Amanda Solano es una víctima de la sociedad, pero en este caso Sara se sale con la suya y es una mujer muy astuta que está viendo cómo están los poderes establecidos y ella hace su propia estrategia.

¿Cada cuento tiene su historia tiene varias de beisbol, todavía le apasiona para llevarlo a la escritura?

Tenía dos grandes pasiones cuando era niño el beisbol nicaragüense que recuerdo a los seis años el alboroto que transmitían un juego de Nicaragua con Venezuela en una serie mundial y veía a la gente, escuchaba los gritos y esa pasión me despertó algo, luego iba a ver los juegos en Masatepe de un equipo local que se llama el RS (que lo organizaba Remigio Sánchez el papá de Roberto Sánchez), y al ver jugar a estos hombres, carpinteros, albañiles que luego los miraba disfrazados de jugadores me parecía fascinante. Luego llegar al estadio iluminado que era como una magia, los jugadores, el ambiente del beisbol, entre el 1955 y 1956 fui un gran aficionado de los Yankees y los Dodgers escuchaba los juegos en la radio en onda corta, me sabía las alineaciones de los Dodgers, los Yankees, todavía las recuerdo, el juego perfecto de Don Larsen pícher de los Yankees, todo eso es un mundo que llevo dentro y por supuesto son cosas de la infancia. Hoy en día el beisbol ha perdido muchísima calidad lo podes ver con los estadios que ahora no se llevan, el Bóer cinco estrellas llenaba los estadios.

¿Le gusta el futbol, tiene su atención?

Me gustaría que hubiera una mejor atención a este deporte, que tuviéramos una mejor selección de futbol, me duele mucho cuando veo que los apalean, me puse a ver un partido que fue con el Estelí con el Saprisa que fue muy bueno, después empataron y comenzaron a perder, igual pasa con la selección de beisbol nicaragüense se volvió un mito siempre creemos que tenemos una gran selección y eso no es cierto.

¿Jugó beisbol?

Era maleta (risas). Recuerdo que me entró miedo queriendo embasarme en la primera base me dieron un bolazo el shortstop me dio a mí, tenía como diez años (risas). No era bueno en eso. En el baloncesto me elegían porque era alto, jugaba pero siempre estaba en la banca. Tengo una foto donde estoy en el equipo de futbol del colegio.

¿Cuál es el secreto para escribir un buen cuento?

Tener la idea a dónde uno quiere ir a dar, cuál es la historia que quiere contar, que tiene un comienzo y final, a veces puede atrapar el final y la frase con la que termina el cuento y eso ya es un cuento terminado prácticamente, uno tiene que saber la historia que va a contar.

 

Ver en la versión impresa las páginas: 6 B

Cultura literatura Sergio Ramírez archivo

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COMENTARIOS

  1. REM
    Hace 10 años

    Ramírez podrá ser buen escritor, pero como hombre, una caricatura.

  2. sonia amado
    Hace 10 años

    Fascinantes los monologos descriptivos en la Fugitiva
    Moo

  3. Nelson Hernández
    Hace 10 años

    Excelente entrevista. Sergio yo somos del mismo pueblo y me ha traído muchas remembranzas de nuestro querido Masatepe, no solo el RS ,sino también el equipo del General Moncada, en el Estadio el Canelo. Prácticamente he leído todos sus libros y además lo veo en Panamá dando sus conferencia en la Feria del Libro en Panamá. Gracias por darme la oportunidad de saborear lo nuestro

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