Juan Solórzano tiene veinte años como cantante y casi el mismo tiempo como esposo, dice que esas son sus dos grandes pasiones. Ha viajado por toda Nicaragua y al exterior, es amante del son nica, padre de dos hijos, un hombre determinado y poco celoso.
::: ¿Cuál es su más reciente producción musical?
Un sencillo llamado Juguemos a las escondidas , trata de la incomunicación de los seres humanos.
::: ¿Cómo se define?
Soy un cantor. Un relator. Pero todavía un chavalo de barrio que sueña con ser cantante.
::: Cuénteme algún secreto…
Que te estoy recibiendo para esta entrevista y mi esposa no sabe (risas).
::: ¿Se va a meter en problemas?
Solo hasta que me vea en el periódico (ríe).
::: ¿Cuál es su virtud?
Soy determinado, terco y me empeño en lograr lo que me propongo.
::: ¿Su pecado?
Comeeer, me encantan sobre todo las fritangas (ríe).
::: Del uno al diez ¿qué tan celoso es?
No mucho realmente. Diría que un cinco.
::: ¿Cómo enamora?
Enamoré con música y siendo sincero.
::: ¿Sería infiel?
Un rotundo no.
::: ¿Lo más loco que ha hecho?
Cuando me subí a un globo. Me puse helado, morado, se me pararon como ochocientas veces los pelos (risas).
::: ¿Con qué se divierte?
Con mis hijos, dos adolescentes con los que no me queda mucho tiempo tranquilo. No es fácil (ríe).
::: ¿Vive de sus presentaciones completamente?
No, doy clases de música en la Universidad Centroamericana.
::: ¿Baila?
Sí, soy un salsero frustrado (risas).
::: ¿Qué es lo primero que hace cuando se levanta?
Dar gracias a Dios por mis hijos que están sanos y alegres y porque tengo una mujer que es brutal (sonríe).
Ver en la versión impresa las paginas: 24