Marisol Mejía soporta en silencio los golpes de una hija con trastornos mentales. Tiene esquizofrenia, por eso, ella ha buscado atención psiquiátrica en un hospital donde apenas le dan unas pastillas que controlan a su hija de forma momentánea.
Con cada crisis, la historia de Mejía se repite: llega con su hija al Hospital Psicosocial José Dolores Fletes, ubicado en el kilómetro cinco de la Carretera Sur en Managua, recibe las pastillas que la alivian por unos días y luego espera que las crisis vuelvan para recibir, como una especie de dejavu, los golpes de su hija.
“Mi hermana (enferma) tiene 29 años de edad y cada vez que le da una crisis mi mamá corre al hospital (psiquiátrico) para ver cómo la ayudan y obvio que no pasa nada. Le dan unas pastillas y la mandan de regreso, en muchas oportunidades ha intentado matar a mi mama, la ha golpeado peor que a una piñata”, asegura Heysell Mendoza.
Además, señala Mendoza, los médicos del hospital psiquiátrico no le explican las razones por las cuales impiden el ingreso de su hija, solo escucha las pláticas en los pasillos en las que los familiares de otros pacientes albergados en el centro afirman que hay plagas, pacientes peligrosos y falta de presupuesto.
Por lo menos, cuatro de cada cinco personas en los países con ingresos bajos y medio-bajos necesitan atención psiquiátrica y neurológica pero no la reciben, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una de las últimas estadísticas de la OMS indican que las enfermedades mentales y neurológicas representan el 13 por ciento del total de las dolencias mundiales; y son una tercera parte de los casos de enfermedades no transmisibles en el mundo.
Se estima que unos 350 millones de personas en el mundo padecen depresión; 90 millones conviven con un desorden de abuso de sustancias; 50 millones padecen epilepsia; y 35.6 millones sufren Alzheimer y otras demencias.
Para la psiquiatra Gioconda Cajina existen personas que tienen factores de vulnerabilidad como las que presentan discapacidad, las que viven en extrema pobreza y con niveles de violencia muy elevados en sus casas.
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Muchos pacientes con enfermedades mentales sufren un doble abandono: sus familiares quieren “deshacerse del problema” e internarlos indefinidamente en el hospital psiquiátrico, pero ahí, también sufren el abandono institucional porque el Ministerio de Salud (Minsa) no destina suficientes recursos económicos para atenderlos, lamenta Mendoza.
Para Yorlenis Lúquez, psiquiatra del Hospital Metropolitano Vivian Pellas, los hospitales son solamente para crisis y una vez que se estabilice el paciente regresa nuevamente a su entorno.
La especialista explicó que en otros países hay varios niveles de atención, el hospital psiquiátrico es el último nivel, porque antes de llegar a él está la atención en los centros o unidades de salud, los Centros Avanzados de Atención Primaria a la Salud (Caaps) y hospitales donde el paciente llega todos los días, recibe su medicamento y por la tarde regresa a su casa. De estos últimos no hay en el país.
Para la atención psiquiátrica, el Minsa destina el uno por ciento de su presupuesto de 9,636 millones de córdobas.
La mayoría de ese presupuesto, por lo menos el noventa por ciento, se invierte en el Hospital Psicosocial José Dolores Fletes. Lo poco que queda es para atención primaria o preventiva.
FALTA DE CAPITAL HUMANO
El informe de la fuerza laboral del Minsa hasta septiembre del 2012 destacó que en el hospital psiquiátrico de referencia nacional atienden apenas nueve médicos psiquiatras, cuatro médicos generales y catorce médicos residentes.
La doctora Lúquez apunta que en Nicaragua los médicos generales han recibido muy poca capacitación sobre la salud mental. Apenas el 2.2 por ciento del total de horas del pensum de la carrera de Medicina General es dedicado a la salud mental.
“Si no te dieron conocimiento en el pregrado (universidad) no te va a llamar la atención algo que no te lo enseñaron nunca”, cuestiona Lúquez.
Además, Lúquez afirma que hay pocos médicos psiquiatras en el país y la mayoría de los que existen están en Managua.
El Minsa ofrece muy pocos cupos para estudiar la especialidad de Psiquiatría. Desde 2008 hasta la fecha han ofrecido solo diez plazas.
LOS TRASTORNOS MENTALES
Una de cada cuatro personas en todo el planeta padecerá algún trastorno mental a lo largo de su vida, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lúquez dice que las enfermedades mentales más comunes son las llamadas neurosis: depresión, ansiedad y quienes la padecen puede tener su vida normal después de la crisis y no necesariamente requieren tratamiento para toda la vida.
No obstante, algunos pacientes pueden desarrollar psicosis, es decir una pérdida de la realidad, hablar incoherencias y hasta ver alucinaciones.
La especialista explicó que el consumo de sustancias (drogas legales o ilegales) puede desencadenar enfermedades mentales una vez que la persona se vuelve adicta a ellas. También pueden hacerlo los factores genéticos y ambientales.
HAY QUE PREVENIR LAS ENFERMEDADES DE LA MENTE
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede enfrentar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera.
Lúquez, por su parte, señala que la prevención debe iniciar desde la infancia, en el hogar y en la comunidad. Además recomienda que en el hogar los padres deben estar pendientes del desarrollo de sus hijos, dedicarles el tiempo, respetar los horarios de sueño, mantener armonía en la familia y evitar el consumo de sustancias prohibidas.
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