El pastor Saturnino Cerrato, presidente de las Asambleas de Dios de Nicaragua, la congregación evangélica más grande del país, se prepara para abandonar el púlpito e incursionar en la política y “si Dios me lo permite”, sostiene, “ser presidente de Nicaragua”.
El partido político Nueva Alianza Cristiana es el que lidera Cerrato y está en espera de que el poder electoral le dé sus credenciales jurídicas para iniciar su carrera en la vida política.
A juicio de Cerrato, la política en Nicaragua está contaminada por los antivalores y él quiere ser factor de cambio.
“La política está contaminada por antivalores y es parte de la enfermedad moral y ética que vive la sociedad y por eso, que un gobierno que su punto de partida sea el fundamento de la Palabra de Dios, podría producir un cambio en la vida de la nuestra nación”, considera Cerrato.
El todavía titular de las Asambleas de Dios lamenta que los actuales políticos que se consideran de oposición sean rehenes del Frente Sandinista (FSLN), partido que lidera el actual presidente inconstitucional Daniel Ortega.
“En Nicaragua no hay oposición, los líderes que hemos conocido como oposición son rehenes del Frente Sandinista”, considera el pastor evangélico.
Señaló que los evangélicos tienen derecho y capacidad de hacer política e incursionar en el área administrativa de la nación.
“Si Dios me lo permite quiero ser presidente, porque desde la primera magistratura del país se puede incidir en elaborar políticas que sanen la nación, que la liberen de un montón de ataduras, de vicios, de males morales, de injusticias y de corrupción”, reflexionó Cerrato.
Sostiene que una vez que el poder electoral le avale a su partido político, iniciará oficialmente su carrera política.
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