El Banco Central de Nicaragua (BCN) entrará a una prueba crucial. Deberá demostrar si su política monetaria es capaz de responder a los retos de una presión inflacionaria causada por el ingreso de grandes capitales, supuestos a traer el Canal Interoceánico y la hidroeléctrica Tumarín.
El tema fue central en el debate entre economistas, banqueros, empresarios y autoridades en el seminario de Política Monetaria y Estabilidad Financiera, realizado el viernes pasado en el BCN.
Las mismas autoridades revisan la actual política monetaria y no descartan promover reformas a la Ley Orgánica del BCN, para hacerlo más protagónico en el desarrollo de la economía y la lucha contra la pobreza.
Nicaragua es el país con la inflación más alta de Centroamérica, ronda desde 2006 entre el nueve y siete por ciento. La excepción fue 2013 cuando cerró en 5.7 por ciento.
Olga Monge, economista del departamento de Análisis Económica del Banco Central de Costa Rica, llamó la atención que tras la crisis económica y financiera de 2009, la débil recuperación ha tenido el lado positivo con la inflación, porque la mayoría de países han mantenido bajas tasas, pero contrariamente en Nicaragua no es la norma.
Monge recordó que en el nuevo contexto, donde se advierten de incrementos de las tasas de interés, se encarecerá el financiamiento para los gobiernos y los Sistemas Financieros, y eso empujará la inflación. Por tanto, les dijo a las autoridades del BCN que su reto a corto plazo será “saber manejarlo”.
El análisis de Funides es que se puede mantener el sistema actual, pero ir bajando gradualmente el deslizamiento anual del cinco por ciento al cuatro o al tres, que en el tiempo lo llevará a una fijación, lo cual haría reducir la inflación. “Pero esto exige una rectitud fiscal y de políticas salariales responsables a fin de preservar la competitividad del país”, afirmó Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides.
El riesgo, dijo, con un tipo de cambio fijo es que en algún momento se debe modificar y causaría expectativas en los agentes económicos, de darse un desequilibrio macroeconómico, que la moneda sufriría una fuerte devaluación. [/doap_box]
“Sería una aventura venir a estar hablando de flexibilidad cambiaria en Nicaragua, eso no va a ocurrir, mucho menos estar queriendo forzar las cosas, eso no es conveniente”.
Ovidio Reyes, presidente del BCN.
Presíon de capitales
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), y Roberto Campo, subsecretario del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA), agregaron que causarían presión inflacionaria las inversiones del Gran Canal (cincuenta mil millones de dólares) y Tumarín (1,100 millones) si llegan a concretarse, al entrar a la economía.
En opinión de Chamorro ese escenario más la “inercia inflacionaria”, evidente porque a la tasa le cuesta bajar del siete por ciento anual, deben conducir a pensar alternativas sobre el sistema de régimen cambiario que conviene.
¿Flexibilidad o no mover?
Mantener el actual régimen de cambio del córdoba frente al dólar, (minidevaluaciones diarias preanunciadas por el BCN), causó intenso debate en el seminario. Las propuestas de Funides fueron revisar el actual sistema de cambio bajando la tasa anual, entrar al sistema de bandas o al de flexibilidad.
Para Chamorro la revisión conviene para resolver la inercia inflacionaria. “Correspondería en nuestra opinión que el Banco Central considere regresarle este presunto poder perdido del actual sistema o considerar otro sistema más allá del mantenimiento del tipo de cambio”.
La tasa de inflación acumulada de 1994 al 2013 ha sido aproximadamente del 400 %, de acuerdo con Funides. Los asalariados, se afirmó, al menos del sector formal no han asumido un gran costo, porque han compensado en algo la pérdida del poder adquisitivo en las políticas salariales.
“Muchos economistas preferimos un sistema flexible porque el tipo de cambio es probablemente el precio más importante de la economía. La dificultad radica en que estos sistemas implican una enorme complejidad de administración”.
Juan Sebastián Chamorro,
director ejecutivo de Funides.
A los agentes económicos, como exportadores y productores el sistema de cambio actual, beneficia al reflejar sus transacciones en dólares y la venta de los precios de los productos en córdobas.
“Tenemos un sistema que funciona, es de muy fácil capacidad de entender, es predecible, no requiere mucha intervención del Banco Central, goza de popularidad porque ha sido relativamente neutral”, afirmó Chamorro.
Pero el sistema “pierde potencia” y la situación se complicará con las inversiones del Gran Canal y la hidroeléctrica Tumarín. “Las posibilidades de esterilización de estos flujos de capitales son prácticamente nulas, por lo tanto en la flexibilización del sistema posiblemente sería lo más razonable”, dijo Chamorro.
Abandonar el actual régimen supone más trabajo del BCN y un mayor involucramiento en los mercados, así como lidiar con el descontento de aquellos agentes económicos que les cueste asimilar el sistema.
“Es relevante el poder cambiar la dirección del tipo de cambio porque abre la posibilidad de moverlo a ambas direcciones (arriba o abajo) frente a movimientos fuertes de capitales”, señaló Chamorro. Afirmó que las condiciones favorables existen por el déficit fiscal controlado, niveles adecuados de Reservas Internacionales, la confianza en el BCN y el crecimiento sostenido de la economía.
NO SE ESTÁ LISTO
Pero el presidente del BNC, Ovidio Reyes, prefiere no modificar la política monetaria, porque el personal que dirige “definitivamente no estamos listos”.
Su argumento fue que con base en las experiencias expuestas, como las de Perú y Costa Rica, donde hay metas de inflación y tipos de cambios flexibles, el BCN carece de los mecanismos económicos para aplicar modelos similares en el país.
“El criterio y pilar aquí es que si las cosas están funcionando bien no las debemos tocar. Si no tenemos todas las herramientas para poder movernos, para qué lo vamos a hacer.
No tenemos las condiciones, necesitamos hacer muchos estudios”, dijo.
Para varios de los asistentes al seminario preocupó que Reyes dijera que “ante los cambios que se avecinan”, (como el Canal) “ la verdad es que no estamos preparados para ello y sinceramente, todavía no estamos haciendo nada ante eso”. “Tenemos que ser francos. El Banco Central tiene muchas limitaciones”, dijo.