Querida Nicaragua: La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está integrada por casi todos los países del mundo. Fue fundada el 24 de octubre de 1945 en San Francisco, California. Comenzó con 51 países al terminar la Segunda Guerra Mundial. La ONU se define como una organización de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el derecho internacional, la paz y seguridad internacionales, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los de derechos humanos.
A lo largo de su historia las Naciones Unidas, con sede en la ciudad de Nueva York, han sido importante factor para lograr la paz y la convivencia cuando ha habido conflictos entre las naciones miembros. Igualmente asistiendo refugiados en todo el mundo, asunto este que es de carácter permanente, las Naciones Unidas siempre están atendiendo este género de desgracias ocurran donde ocurran. En ocasiones ha tenido que enviar fuerzas militares con la colaboración de varios países miembros, y en fin que la ONU es una de esas organizaciones que en buena hora el mundo ha podido crear.
En la ONU hay todo género de países con diferentes gobiernos: democráticos, comunistas, socialistas, parlamentaristas, monárquicos, autoritarios y hasta dictaduras tanto de izquierda como de derecha. Es el foro pluralista por excelencia.
En estos días se ha realizado su reunión anual. Es en esta reunión donde los países más radicales de la izquierda, siempre acostumbran hablar en altos tonos, increpar, reclamar, despotricar en contra de lo que ellos llaman “imperialismo norteamericano”. Es curioso que ninguno de ellos hable del imperialismo ruso que ha existido durante los setenta años de comunismo y que sigue existiendo ahora bajo una “detestable” sociedad de consumo, pero sin abandonar su costumbre autoritaria y totalitaria. Nadie critica la ocupación de Rusia en Crimea, ni las pretensiones en Ucrania. De repente la ONU parece ser un organismo donde la izquierda internacional llega a desahogarse, a derramar todo su humor hepático señalando los errores de los Estados Unidos y denunciando, en el caso de dictadores como Fidel Castro en su tiempo, Hugo Chávez en el suyo y Nicolás Maduro ahora, supuestos atentados preparados por la infaltable CIA, Central de Inteligencia de los Estados Unidos. En estos días vimos a don Nicolás Maduro presentándonos una Venezuela al revés, la Venezuela que él vive con sus paniaguados, y que está floreciendo en la revolución y en el disparatado socialismo del siglo XXI. Maduro, como lo hicieron sus maestros Fidel y Chávez en su tiempo, no tuvo un ápice de vergüenza para presentar a Venezuela como un país agredido por una oposición insensata que ha causado muertos y heridos en los últimos meses. Como si no supiéramos de la prisión política de Leopoldo López, ni de la desaforación ilegal de la diputada María Corina Machado y del proceso iniciado para quitarle su nacionalidad a María Conchita Alonso, y de los abusos y los robos del actual sistema de gobierno, y de la bancarrota en que está dejando a Venezuela, mientras le regala a Cuba cien mil barriles diarios de petróleo, y manda ayuda a Palestina y ha hecho millonarios a los gobernantes de Nicaragua con la concesión petrolera.
Y algunos lo oyen y lo aplauden porque la aberración de esa izquierda corrupta no tiene límites. Solo siendo un demagogo de primera y un vendepatria reconocido puede Maduro mandar cinco millones de dólares en ayuda a África mientras el pueblo venezolano hace enormes filas para conseguir media libra de mantequilla o dos libras de arroz o un rollo de papel higiénico.
Y todos estos “iluminados” revolucionarios dicen estas mentiras en el foro mundial de la ONU, el sitio donde cada año escupen su veneno y pretenden que el organismo cambie y que actúe de acuerdo con sus desenfrenados criterios. Quiera Dios salvar a la ONU de semejante peste.
El autor es gerente de Radio Corporación. Excandidato a la Presidencia de la República en 2011.
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