Con su nueva plataforma publicitaria, Facebook ha abierto a los vendedores el tesoro de sus datos, esas enormes cantidades de información de sus usuarios que delatan gustos y hábitos para que los exploten, con el objetivo de competir con Google, líder del imperio de los anuncios digitales.
La iniciativa ha caído como un jarro de agua fría entre algunos internautas que consideran la medida una nueva afrenta contra su privacidad en un entorno digital vapuleado con casos de espionaje de gobiernos y experimentos para manipular opiniones además de acceso a datos de usuarios sin consentimiento alguno.
Facebook ha anunciado que la plataforma Atlas recogerá sus datos y los utilizará en webs externas, de manera que si un usuario pulsa un “Me gusta” podría visualizar anuncios sobre productos vinculados con sus gustos en otros portales, una medida que ayudará a personalizar y segmentar de forma más efectiva la publicidad.
En las últimas horas la red se ha convertido en un espacio de opiniones encontradas: algunos cibernautas se muestran muy preocupados por cómo se usarán sus datos y cómo afectará a su privacidad la nueva plataforma de Facebook, mientras que otros, críticos contra quienes en su día facilitaron alegremente su información personal, les recomiendan no quejarse ahora.
Los internautas ofrecen recomendaciones para proteger la intimidad y animan para sumarse a otras plataformas.
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