Las incorrectas condiciones de almacenamiento de las medicinas en el Centro de Insumos para la Salud (CIPS) lo hacen más vulnerable a la fuga de medicamentos dentro de sus instalaciones. Esto quedó en evidencia en el último robo reportado en dicha institución.
“Lo que se observa (es) una vulnerabilidad en las pérdidas de insumos médicos, ya que no existe separación (perimetral) entre una y otra bodega. La diferencia es que están clasificadas con rótulos identificativos”, dice el informe sobre la “desaparición” de medicamentos, realizado por inspectores del Distrito Cuatro de la Policía Nacional el pasado 3 de julio.
El documento detalla que no se encontraron evidencias que demostraran algún tipo de forzadura en candados, puertas, cerraduras o techo. Tampoco se hallaron huellas dactilares.
Fuentes extraoficiales manifestaron a LA PRENSA que la Policía Nacional se presentó al CIPS para responder a una denuncia por hurto agravado, interpuesta por Héctor Iván Almendárez, director de Distribución de dicha institución.
Las medicinas desaparecidas, según el acta de inventario selectivo del CIPS, son tres cajas selladas, cada una con dos mil ampollas de norestisterona de enantato + estradiol valerato (anticonceptivos hormonales), valoradas en 98,000 córdobas, las cuales estaban almacenadas en el Área D (1-4) de la bodega ubicada en el barrio Los Ángeles, Managua.
Ante la sustracción de estas medicinas la única persona despedida es Saúl Hernández Cerda, recibidor entregador de la bodega (D 1-4), quien se sumó a la lista de más de sesenta personas despedidas desde el 2012 hasta la fecha en el CIPS.
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