Alex Gordon supo que los Reales de Kansas City buscaban seriamente ganar cuando su esposa le dijo un día de diciembre que había escuchado que el equipo había adquirido al as James Shields.
La franquicia había sufrido desde hacía tiempo con un reparto poco impresionante de abridores, desde Jay Witasick y Darrell May hasta Runelvys Hernández. Prospectos prometedores se desvanecieron. Y todos los años los Reales languidecían en el sótano en la División Central de la Liga Americana.
Pero las cosas cambiaron en diciembre de 2012. El gerente Dayton Moore consideró que numerosas piezas estaban en la armazón y que lo que faltaba era el abridor apropiado, alguien que no solo fuese el as de la rotación, sino que pudiera ayudar a cambiar una cultura acostumbrada al fracaso.
Moore llamó a los Rays e hizo el cambio. Fue ahí que lo supe, dijo Gordon. Que íbamos con todo. Dos años más tarde, un cambio que fue criticado por muchos ha ayudado a los Reales a llegar a la Serie Mundial por primera vez en 29 años. Shields, casi seguro abridor del primer juego de la serie el martes contra San Francisco, ha sido todo lo que Moore esperaba.
Esas oportunidades de adquirir un abridor para encabezar la rotación y un relevista de impacto como Wade Davis no suceden todo el tiempo, dijo Moore. Tuvimos mucha suerte de que el tiempo fue propicio y el cambio nos puso en posición de competir en 2014.
Fue un riesgo. Los Reales enviaron a su joya de las Menores, Wil Myers, y a varios prospectos prominentes a los Rays. Apostando su futuro para ganar el presente.
El cambio rindió dividendos inmediatos. Shields terminó con 13-9 y efectividad de 3.15, ayudando a los Reales a conseguir su mejor récord en más de veinte años. Y en el curso de la campaña, Davis se estableció como uno de los relevistas más dominantes en las Mayores.
Este año, Shields se fue 14-8, con 3.21, guiando a Kansas no solo a regresar a la postemporada, sino a avanzar al Clásico de Otoño.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A