14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

¿Fin del proyecto democrático?

Con la destrucción de lo avanzado en cuanto a respetar el orden constitucional y la democracia electoral, los derechos humanos y la propia dignidad de los nicaragüenses, se viene configurando un nuevo sistema de poder político cuyas matrices no difieren de cualquier régimen dictatorial, incluido el de la familia Somoza.

Con la destrucción de lo avanzado en cuanto a respetar el orden constitucional y la democracia electoral, los derechos humanos y la propia dignidad de los nicaragüenses, se viene configurando un nuevo sistema de poder político cuyas matrices no difieren de cualquier régimen dictatorial, incluido el de la familia Somoza.

Este neosomocismo o somocismo científico, ha superado al anterior por los métodos que usa y en cuya base se encuentra el uso de la fuerza bruta, la represión estatal vía ejército o policía, devenida en una suerte de guardia nacional (sin Garands) pero igualmente efectiva al reprimir a los ciudadanos que protestan.

El régimen avanza a pasos rápidos hacia la consolidación de su proyecto que incluye el más grande de los desprecios en nuestra historia a los conceptos de nación, patria, familia, soberanía nacional, Estado de derecho.

Ya ha pisoteado la Constitución Política de la República, ya ha desprestigiado el sufragio como método cívico para luchar por el poder. Ha destruido la confianza del pueblo en sus instituciones republicanas y ha dado paso a una nueva manera de gobernar donde el poder concentrado en una sola persona, o en dos para ser más preciso, nos involuciona a un sistema más próximo a un sultanato que a una monarquía, donde los cortesanos pueden robar, enriquecerse ilícitamente y delinquir gracias a la protección del “big boss” Y traicionó el pensamiento más elevado del General de Hombres Libres, Augusto Calderón Sandino, quien dijo que “la soberanía de un pueblo no se discute, se defiende con las armas en la mano”. Nuestra soberanía nacional está ahora en manos de un chino que vino a Managua con una firma recién creada en uno de los paraísos fiscales más grandes del planeta, Gran Caimán, como gran caimán es la voracidad de los neofilibusteros ahora acompañados por nuestras propias fuerzas del orden, la Policía y el Ejército.

Y lo más interesante es que dicen las encuestas que los nicaragüenses están muy contentos con esta nueva dictadura, olvidándose del güegüense y de sus bandidencias y traiciones matreras. Por eso le temen al voto secreto, directo e informado. Por eso ocultan la verdad, verdad que nos hará libres el día que la conozcamos.

Si nos atenemos a los resultados de las encuestas de opinión política aquí ya habría que olvidarse de la existencia de los partidos políticos, de la libertad de expresión, de movilización y de todos los instrumentos jurídicos que son la base de la democracia representativa y participativa.

Dejar atrás la Carta Democrática Interamericana, olvidarnos de la OEA y sus recomendaciones luego de los fraudes electorales mejor documentados en nuestra historia política, el Informe de la Unión Europea y sus Recomendaciones encaminadas a garantizar transparencia electoral, del Centro Carter y sus mensajes constructivos al comandante presidente Ortega. Olvidarnos de las organizaciones de derechos humanos, de la misma declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, etc. En fin tendrían que renunciar como Estado a las elecciones periódicas para dar paso a un régimen de partido único.

Pero no es así. Este partido de gobierno conoce muy bien a su clase política y desde ya tiene listos a sus “opositores” para mantener un pluralismo controlado muy al estilo de los sistemas comunistas de la guerra fría: partido vanguardia hegemónico y partido colaboracionista, su versión de pluralismo restringido pero que da “legitimidad” a unas elecciones aunque sean estas descaradamente fraudulentas.

Es difícil trabajar para la democracia en un país corrompido por los recursos materiales del chavismo-madurismo. Pero no imposible. La lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos de los nicaragüenses apenas comienza. La está acelerando el abuso de poder y la corrupción que no permite el desarrollo con equidad.

Es la tarea de todo ciudadano consciente y claro de lo que nos corresponde hacer en esta etapa de nuestra historia patria. El autor es diputado PARLACEN. Presidente Comisión de Relaciones Internacionales. Partido Liberal Independiente.

Columna del día democratico Proyecto archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí