La semana pasada fue una semana contradictoria ya que por un lado un grupo de diputados liberales introdujeron en la Asamblea Nacional un proyecto de ley que pretende controlar por decreto los precios del mercado de ocho productos de la canasta básica y por el otro lado fue publicado el reporte anual de Libertad Económica del Mundo para el año 2014 en donde Nicaragua avanzó hasta el lugar 36 de 152 países que son analizados en el reporte.
La citada iniciativa, indistintamente de cómo se trate de justificar, es una involución y un retroceso al esfuerzo que desde Cosep hemos venido impulsando por el libre mercado y la libertad económica.
La propuesta pretende dejar en manos del Mific a través de la Dirección General de Protección de los Derechos de las Personas Consumidoras o Usuarias “la determinación del precio justo de los productos establecidos” así como “los márgenes de ganancia razonables” estableciendo un porcentaje máximo de ganancia para las actividades de producción, importación, exportación, acopio, transporte, distribución y comercialización.
Desde 1990 hemos venido desarrollando un esfuerzo continuo para tener cada vez más libertad económica. De hecho, en 1990 Nicaragua ocupaba el lugar 111 con un rango de 2.92 sobre 10 en el Índice de Libertad Económica siendo el país con menos libertad económica a nivel centroamericano. Desde entonces hemos avanzado 75 espacios y hoy somos ya el segundo país con mayor libertad económica en Centroamérica después de Costa Rica.
El Índice de Libertad Económica del Mundo es una publicación del Instituto Fraser de Canadá que se elabora desde 1996 y mide el grado en el que las políticas y las instituciones de los países son un apoyo para la libertad económica. Los pilares de la libertad económica son la decisión personal, el intercambio voluntario, la libertad para entrar a los mercados y competir, y la seguridad de las personas y de la propiedad privada.
Con la información de este indicador, numerosos estudios económicos han establecido que los países con instituciones y políticas más consistentes con la libertad económica tienen mejores tasas de inversión, más rápido crecimiento económico, niveles de ingresos más elevados, y tasas de reducción de pobreza más rápidas.
Es importante resaltar que aun en los países donde hay elecciones y democracia mayoritaria, si no hay libertad económica, los resultados de estas democracias no serán los esperados por las mayorías, y esto puede resultar en la pérdida no solo de libertad económica sino también de libertad política.
En Cosep hemos venido trabajando en el fortalecimiento de las cinco áreas que mide este indicador como son el involucramiento del Gobierno en el mercado, el sistema legal y los derechos de propiedad, la estabilidad monetaria, la libertad de comercio y las regulaciones.
Los resultados del reporte anual reflejan que Nicaragua pertenece al 25 por ciento de los países con mayor libertad en el mundo. En América Latina, además de Nicaragua, solo Chile, Perú y Costa Rica están en este nivel. En el caso de los países del Alba todos pertenecen al 25 por ciento de países con menos libertad.
Con relación al informe anterior, a nivel de Centroamérica, Nicaragua es el país con el mayor avance en el escalafón al mejorar en 18 espacios con el mayor incremento en su indicador llegando a 7.44 sobre una escala de 10. Hong Kong es el país número uno con una puntuación de 8.98.
Cabe destacar que Nicaragua, con un grupo reducido de países, ocupa el lugar número uno del mundo en cuanto a las condiciones no restrictivas de intercambio del mercado de crédito doméstico.
También resaltamos que a nivel mundial, Nicaragua ocupa el lugar 7 de los 152 países en relación con el involucramiento del gobierno en el mercado para distribuir a través de procesos políticos los recursos y los bienes y servicios. Es el sector privado el que desarrolla esa distribución a través del libre mercado.
Es por ello que en Cosep continuaremos diciendo No a la intervención del mercado, no a leyes populistas como la ley de no pago que tanto daño le hizo al país y como esta propuesta de control de precios y fijación de utilidades por el Estado, y sí al libre mercado y a la libertad económica.
EL AUTOR ES PRESIDENTE DEL COSEP.
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
