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Sandra Chamorro Ayala y Lorenzo Ernesto Almanza. LA PRENSA/ CORTESÍA

“Todo fue por los celos”

El comisionado mayor Darwing Rosales, jefe del Distrito Cuatro de la Policía Nacional, refirió que a través de las investigaciones se determinó que fueron supuestos celos los que llevaron a Lorenzo Ernesto Almanza a asfixiar con un mecate color amarillo a su pareja Sandra Chamorro Ayala, el mismo con el que luego se quitó la vida.

 

El comisionado mayor Darwing Rosales, jefe del Distrito Cuatro de la Policía Nacional, refirió que a través de las investigaciones se determinó que fueron supuestos celos los que llevaron a Lorenzo Ernesto Almanza a asfixiar con un mecate color amarillo a su pareja Sandra Chamorro Ayala, el mismo con el que luego se quitó la vida.

[doap_box title=”Violencia y poder” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

La experta en Violencia Lorna Norori explica el porqué se dan estos casos. “Regularmente las mujeres cuando viven una situación de violencia no ponen al tanto a la familia de lo que les está pasando”, añade.

“Los hombres cuando matan de esta manera están queriendo decir: ‘Yo hago lo que yo quiera desde mi poder, soy dueño de tu vida y te la quito y soy impune y nadie me va alcanzar porque tengo tanto poder que me puedo quitar la vida’”, alega la especialista.

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Según los pormenores del caso, ocurrido el miércoles en el barrio Venezuela de Managua, Almanza celaba mucho a su esposa y la agredía cuando este se encontraba bajo los efectos del licor.

El sujeto habría tomado la decisión de quitarle la vida a su esposa porque no había llegado a dormir la noche anterior a la casa, según informó la Policía.

Doña Mayra Ayala Álvarez, mamá de la fallecida, dice que ella (su hija) “se quería divorciar. Tenían discusiones como en todos los hogares, pero solo Dios y ella saben qué pasó”, asegura la progenitora.

De Lorenzo recuerda que le gustaba ingerir licor e incluso de que le vendía las cosas de Sandra.

“Él la mayoría del tiempo no trabajaba, era mi hija la que trabajaba, incluso me quedó debiendo diez mil pesos, ahí está la cuenta, yo le decía a mi hija ‘vamos al fracaso, me quita para darte y te roba para que luego vendás tus demás cosas’”, agrega doña Mayra.

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