Randy Caballero no se pudo callar. Soltó todo el furor que sus venas albergaban. Cayó en las tentaciones que el inglés Stuart Hall le colocó en la mente y disparó. Entre empujones e intercambios de apreciaciones, el espíritu fogoso del nicaragüense norteamericano se desató. El peso fue lo de menos, pero la trascendencia del enojo acarreado podría desesperar y hasta desorientar al originario de Coachella en el ring, cuando batalle por el título mundial de la FIB en las 118 libras esta mañana.
Es la segunda vez que Randy Caballero peleará fuera de los Estados Unidos. La primera vez fue en Japón ante el japonés Kohei Oba, pelea que terminó por nocauts y era por el derecho a disputar la corona vacante que hoy Randy trata de conseguir.
La pelea será transmitida a partir de las 11:00 a.m. por Canal 4 de la televisión gubernamental.
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Un gallito que se apoda El Matador al cual la evolución le exige que llegó el momento de ser campeón del mundo, tendrá enfrente a un peleador de mucha experiencia con la derrota, de desaprovechar oportunidades de establecimiento y de combinar caídas con fracasos. Caballero no es un noqueador, como lo califica su papá y entrenador Marcos Caballero, si no es un peleador que resta facultades al oponente hasta esperar el momento oportuno de la caza. Aprendió a pelear adentro y afuera, aunque en el interior luce mejor su gancho y ha propinado sus mejores nocauts.
El excampeón mundial Hall pertenece a la gama de púgiles con una capacidad de victoria remitida a la sorpresa. El boxeador europeo con 16 victorias y tres derrotas salta como favorito a perder y según las apuestas la victoria se paga 7-2.
A Randy le da miedo perder su invicto y combate más importante de su carrera. Con 21 triunfos, 13 nocauts y sin manchas de naufragios, se ha confiado que esta noche en Monte Carlo ocupara el cetro vacante de la FIB. Sin complicaciones para marcar 117.9 libras, mientras Hall con más cautela (116.9). Todo está listo hasta que suene la campana.
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