En una noche que Yordano Ventura no parecía requerir de mucho apoyo, la ofensiva de los Reales de Kansas City se elevó a su máxima expresión y en una combinación mortífera con el meteórico tirador dominicano, aplastaron 10-0 a los Gigantes de San Francisco, para provocar hoy el séptimo y decisivo juego por el título.
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Es necesario retroceder hasta 1979 para encontrar al último equipo que ganó un séptimo juego de visitante, como lo pretenden hacer hoy los Gigantes en el Kauffman Stadium de Kansas City, pero esta ha sido una serie tan impredecible que el valor de los antecedentes se ha ido devaluando.
“Este juego se lo dediqué a Oscar Taveras (el prospecto de los Cardenales que falleció el domingo en un accidente de tránsito). Se que él estaría orgulloso de mí. Lo voy a extrañar mucho. Es una situación difícil para mí”, Yordano Ventura, Lanzador de Kansas City.
Los Reales entraron al sexto juego con un enorme signo de interrogación, tras ser anulados por completos por el picheo del zurdo Madison Bumgarner. Solo el hecho de jugar en casa parecía estar a favor de ellos; sin embargo, en una bestial reacción, vapulearon al abridor Jake Peavy y al relevista Yusmeiro Petit en un segundo inning de siete carreras, que desde temprano le dio un rumbo fijo al partido y le permitió a Ventura tirar con más tranquilidad, mostrándose como una versión joven de Pedro Martínez, con quien mucho lo comparan.
En ese segundo episodio, Alex Gordon abrió el camino con un sencillo. Salvador Pérez lo imitó y Mike Moustakas empujó una con doble. Peavy explotó al admitir un hit empujador de Norichica Aoki, que puso el marcador 3-0 y mantuvo una situación de bases llenas, y Petit no pudo detener la avalancha, al soportar imparable remolcador de dos de Lorenzo Cain, más dobletes consecutivos de Eric Hosmer y Billy Butler que completaron al racimo de siete.
Un doble de Cain en el tercero, un doblete de Alcides Escobar en el quinto y un cuadrangular de Moustakas en el séptimo, produjeron una carrera cada uno para completar la vapuleada.
En tanto, Ventura sujetó a los Gigantes durante siete entradas con una labor de tres imparables, cinco boletos y cuatro ponches. Con el marcador abultado, no había necesidad que siguiera atormentando a los bateadores de San Francisco y los relevistas Jason Frasor y Tim Collins se encargaron del resto.
