La recolección y transformación de desechos es una corriente que ha tomado auge como medida de protección del ambiente. Pero Rosibel Cruz de Matus nunca imaginó que hacer carteras, maletines ejecutivos y cinturones de envoltorios de snacks, café, papel y otros productos, le permitiría combinar una actividad empresarial con el cuido de sus hijos. Actualmente sus diseños se distribuyen en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino y algunas tiendas de Granada; y su meta es entrar con sus productos a Estados Unidos y Europa.
Rosibel relata que en el 2011 durante una visita a Washington, Estados Unidos, vio por primera vez estas carteras y se enamoró de ellas y de la técnica, que consideró era muy fácil y con gran potencial de desarrollo en Nicaragua, por la cantidad de desechos que se encuentran en las calles. “Aunque ahora elaboramos los productos con materiales limpios, que obtenemos antes que se vaya a contaminar al ambiente”, aclara.
El producto quedó en su mente y a su regreso al país comenzó a recolectar todo empaque que encontraba a su paso y comenzó a practicar. “Ni siquiera sabía que tenía talento para hacer manualidades, pero era tanta la pasión que sentía que autodidácticamente desarrollé una técnica propia de tejido y diferentes diseños”, cuenta.
Paralelamente, se acercó a un grupo de seis mujeres colaboradoras de la Cooperativa Multifuncional Nica Hope de RL de la Asociación Familia Padre Fabretto. Con ellas desarrolló el Proyecto Tejiendo Cambios, que consistió en enseñarles la técnica de tejido para elaborar las carteras. Luego, fundó la empresa Comercializadora de Desarrollo Sostenible SA (Comdessa) y registró la marca Colecciones Valentina, bajo la cual vende sus artículos.
Con una inversión inicial de unos cuatro mil dólares y junto al grupo de mujeres comenzó la producción de estos accesorios. La técnica y el acabado se fueron perfeccionando y surgieron nuevos estilos y productos. Los compradores eran amigos y compañeros de trabajo de su esposo Marvin Matus, cuyo apoyo ha sido fundamental para el desarrollo y crecimiento de esta idea de negocio.
A partir del 2012 la producción creció. Los empaques recolectados no eran suficientes y Cruz comenzó un recorrido por distintas empresas a las que llevaba muestras de sus diseños, en busca de obtener el desecho de los empaques. Estableció alianzas con varias que le donan el material que descartan. Esto es compartido con la cooperativa, ya que Tejiendo Cambios se convirtió en el proyecto de responsabilidad social de Comdessa.
Teniendo en cuenta que Creaciones Valentina ofrece un producto de lujo cuyo principal mercado es el turista, el siguiente paso para incrementar las ventas fue la apertura de una tienda en el aeropuerto internacional de Managua en agosto del 2013, donde en la temporada alta las ventas son de hasta tres mil dólares mensuales. También los venden en la tienda de Garden Café de Granada y pronto estarán en otras dos de ese mismo departamento, precisa.
La participación en las dos ediciones de Nicaragua Diseña, así como una mentoría del programa Voces Vitales y la participación en el concurso Idea Tu Empresa de TechnoServe, donde su plan de negocio obtuvo recientemente el segundo lugar, han sido para Cruz un gran impulso para hacer crecer esta empresa que actualmente emplea a siete personas, entre los de tiempo completo y los parciales.
Recientemente Creaciones Valentina sumó a su oferta una línea de bolsos hechos con mantas de vinil desechadas por las empresas de publicidad. Pero a pesar de los éxitos —Cruz que es graduada en comunicación social y tiene una especialidad en marketing y comunicación—, considera que aún tiene mucho por hacer.
La próxima meta que se dispone a conquistar es la exportación directa de sus productos. Actividad en la que ya ha dado sus primeros pasos. Con el apoyo de otra empresaria local, el año pasado participó en la feria Exponica que se realiza anualmente en Miami, Estados Unidos y lo hará nuevamente en la edición de este año que se realiza este fin de semana.
Algunos contactos en otras ciudades de Estados Unidos y países de Europa serán el apoyo que necesita. “Queremos iniciar en Europa, hay algunas personas que conocen nuestros productos y están interesadas en distribuirlos en Italia y también tenemos contactos en cuatro estados de Estados Unidos”, asegura.
Cruz confía en que muy pronto sus diseños que requieren entre 180 y 1800 trozos de envolturas y que cuestan entre 25 y 110 dólares se abrirán paso en el resto de América y en el viejo continente.
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