Desde la infancia nuestros padres en el hogar y luego los maestros en el colegio, nos remarcaron la importancia de cuidar de nuestra salud y mantener una higiene personal que involucra, entre otras cosas, el cuido de la salud bucal.
Cepillarnos los dientes después de cada comida, utilizar hilo dental y visitar al odontólogo con cierta frecuencia son algunos de los hábitos que poco a poco nos fueron inculcando a lo largo de nuestro desarrollo, los cuales también fomentaremos e inculcaremos a nuestros hijos
Para la cirujana dentista Claudia Bendaña Bendaña es importante iniciar la educación en temas de salud bucal desde la infancia, ya que solo de esta manera se puede corregir la idea de que la visita al odontólogo es sinónimo de dolor.
“La salud bucal siempre está basada en una buena técnica de cepillado, en el uso del hilo dental y enjuague bucal, la limpieza de la lengua y las visitas regulares al dentista que pueden realizarse a partir del segundo año de vida”, sostiene la especialista.
Agrega que es recomendable cambiar el cepillo dental cada dos o tres meses, principalmente después de haber pasado un resfriado, y realizarse una limpieza dental dos veces al año. En caso de que la persona no goce de una buena salud bucal es importante complementar la limpieza dental con técnicas de buen cepillado y hábitos de higiene bucal.
IMPORTANCIA DEL CEPILLADO
Limpiar nuestros dientes tres veces al día (después de cada comida), nos garantiza el bienestar de nuestras piezas dentales.
La odontóloga explica que cuando no realizamos el cepillado se crea una película pegajosa compuesta de microcolonias de bacterias denominadas placas bacterianas, las cuales se adhieren al cuello de los dientes. Si esta placa no se remueve y no se atiende puede provocar una inflamación en las encías llamada gingivitis.
Cuando esta inflamación no recibe la atención adecuada puede generarse una periodontitis, es decir, una inflamación en el hueso que sirve de soporte al diente.
“Esta enfermedad produce un daño severo al hueso de soporte del diente, provocando así la movilidad y la caída de los dientes. Una adecuada higiene bucal y un tratamiento profesional pueden revertir la gingivitis, la periodontitis y la pérdida del diente”, afirma Bendaña.
La placa bacteriana se produce de alimentos como carbohidratos y se transforma en ácidos que desmineralizan los dientes, las encías se inflaman (gingivitis) y el esmalte dental se ve opaco.
“La caries surge porque estos ácidos penetran en los dientes y lo desmineralizan, produciendo una mancha blanca que llega a la segunda capa del diente (dentina), luego puede llegar hasta lo que comúnmente llamamos nervio que es la cámara pulpar y en donde provoca el dolor. Si no se va al dentista, termina en un absceso a la raíz del diente”.
ENCÍAS SENSIBLES
Un cepillado inadecuado podría provocar una erosión en los dientes que genera sensibilidad.
Cuando se presenta sensibilidad, la odontóloga explica que hay que revisar si la persona tiene problemas de oclusión, es decir al masticar, ya que se puede provocar entre los dientes de arriba o los de abajo una mayor presión que va a debilitar el cuello de los dientes provocando sensibilidad. No obstante, este problema se puede tratar con un ortodoncista.
“Hay pastas y enjuagues que ayudan a tratar la sensibilidad. También pueden hacerse masajes en las encías con el dedo índice sobando la encía en el mismo sentido del cepillado”, recomienda la odontóloga.
*Luego, cepille la superficie interna de los dientes que da al paladar y a la lengua, en el mismo sentido que en el primer paso.
*Sobre la superficie masticatoria (parte superior de las muelas) realice movimientos circulares.
*Finalmente, cepille la lengua con el limpiador de lengua integrado en el cepillo.[/doap_box]
Ver en la versión impresa las paginas: 4 ,5