Lo hicieron una vez más. El Gobierno y la empresa HKND organizaron ayer, por tercera vez, una serie de presentaciones que duraron todo el día, pero se las arreglaron para no decir nada nuevo.
Afirmaron que la construcción del Canal Interoceánico —supuestamente— comienza el 22 de diciembre de este año, o sea, que lo que han llamado “la obra más grande de la Humanidad” comienza en exactamente 31 días, pero a pesar de haber hecho tres presentaciones en 18 meses, en ninguna se ha dado detalles técnicos ni de estudios de factibilidad económica o de impacto ambiental y mucho menos han dicho de dónde saldrá el financiamiento para esta megaobra.
Hasta el día de hoy, a 744 horas de que la primera pala mecánica rompa suelo nicaragüense para abrir el Canal, solo promesas y palabras hay, pues ni siquiera se ha visto esa primera pala mecánica.
Los medios oficiales y seudooficiales anunciaron el evento con grandilocuencia: “mañana será un día histórico para Nicaragua” decía uno de esos medios para luego asegurar que “todos los estudios relacionados con el Gran Canal Interoceánico… serán presentados”.
En realidad la “presentación” de los estudios dejó más preguntas que respuestas, y lo único concreto es la fecha, que ha sido “afinada”. Desde hace 18 meses sus promotores aseguran que la construcción del Canal iniciará en diciembre, ahora prometen que será el día 22.
El anuncio de esa fecha estuvo a cargo del Secretario de la Comisión del Gran Canal, Paul Oquist, el mismo funcionario que el año pasado aseguró que este año la economía de Nicaragua crecería 10.8 por ciento. En realidad el crecimiento ronda el cuatro por ciento.
Pero la presentación de ayer no solo dejó las preguntas de siempre sin contestar, sino que entró en algunas contradicciones, como el hecho de que sus promotores siguen insistiendo en que iniciarán en diciembre, pero los estudios en realidad estarán listos (una nueva fecha) hasta abril del 2015. Difícil imaginarse cómo una obra de tal magnitud puede iniciarse sin haber completado estudios. O el otro dato, que las esclusas serán colocadas en 2020, aunque los promotores aseguran que el Canal será operativo en 2019.
Pero la pregunta más importante que siguen sin responder es quiénes son los inversionistas que pondrán los 50 mil millones de dólares que costará la obra y cuánto de ese capital se ha recogido hasta la fecha. El vocero de la comisión, el rector Telémaco Talavera, aseguró ayer que los inversionistas serán presentados en diciembre.
La realidad es que después de 18 meses de que se firmó el acuerdo entre el presidente inconstitucional Daniel Ortega y el “chairman” — como le gusta que lo llamen— de HKND, Wang Jing el tan llevado y traído proyecto solo puede tener dos posibilidades: que sea una farsa o que sea un proyecto del Gobierno de China.
Si es solo un ardid, el resultado será el mismo que tantas veces hemos visto: unos pocos se llenan los bolsillos y el resto sigue tan pobre o peor que antes.
Y si es el Gobierno de China —que mantiene una férrea represión contra sus ciudadanos— el que está impulsando el Canal, entonces sí es posible que sea construido, pues ese Gobierno ha mutado en un sistema de capitalismo de Estado que le garantiza los fondos necesarios, pero entonces el proyecto solo va a satisfacer las necesidades geopolíticas y económicas del Gobierno Chino, Nicaragua no será una prioridad.
De cualquier manera, después de 18 meses, no hay nada que indique que este proyecto beneficiará a los nicaragüenses; y sus promotores, aunque han tenido la oportunidad, no han podido, o no han querido, demostrar lo contrario.