Aún convaleciente por la herida que le provocó el impacto de bala, efectuado por un policía, Carlos Alberto Méndez Evans, de 20 años, acudió ayer al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), donde relató lo ocurrido.
Según el denunciante, quienes les dispararon eran policías, pero no de tránsito. En el incidente, ocurrido al amanecer del 18 de noviembre en una de las calles de Monseñor Lezcano, murió el acompañante de Méndez, Pablo Enrique Hernández Galeano, de 31 años.
No es justo que mi amigo Pablo esté muerto, expresó Méndez, quien responsabilizó a agentes de la Policía que, tras haberles hecho un alto, les dispararon porque ellos no se detuvieron en el mismo momento.
El ahora fallecido le había invitado (a Méndez) a ingerir unas cervezas, por las que en ese momento se dirigían a comprarlas.
Méndez explicó que él conducía una motocicleta y debido a que no podía detenerse en la intersección avanzó unos treinta metros, lo que provocó la reacción de los policías, quienes dispararon. Ya herido su acompañante le pidió que avanzara, lo que hizo hasta detenerse a unas cinco cuadras, donde él no pudo impedir que ya herido Hernández cayera al suelo.
Tenía sangre por su boca y por su nariz …me pidió que yo me fuera, relató el muchacho, quien dijo que él estaba aturdido y no sabía qué hacer, por lo que decidió dirigirse a la casa de un hermano suyo en Ciudad Sandino, de donde lo trasladaron al hospital.
El Cenidh les brindará acompañamiento, expresó el abogado Carlos Guadamuz.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A