Chocó, la remota región donde las FARC capturaron al general Rubén Alzate y dos personas más el domingo 16, es rica en recursos naturales y la más pobre de Colombia, con un índice oficial de pobreza de sesenta por ciento. Se dedica a la agricultura, la pesca y la minería, actividad que atrae a grupos armados, y es una de las más azotadas por el conflicto de cincuenta años en el país.
La inactividad se instaló ayer en Quibdó, capital del departamento de Chocó, donde se espera la anunciada “inminente” liberación de los secuestrados por las FARC, entre ellos el general Alzate. Quibdó fluye con el trasiego de infinidad de periodistas que esperan en el aeropuerto la llegada de miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
[doap_box title=”Esperanza de seguir diálogo” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El secuestro de Alzate y sus acompañantes ha supuesto un paréntesis en los diálogos de paz en la Habana entre el Gobierno de Colombia y las FARC y que este miércoles cumplieron dos años en los que se han conseguido los mayores avances alcanzados para terminar con los cincuenta años que ha durado el conflicto armado.
De resolverse esta crisis, los diálogos de paz, suspendidos tras el secuestro del general, pudieran ser retomados la próxima semana.
“En Chocó se vive una situación diversa al resto de Colombia y no se siente que hay en marcha negociaciones de paz. Es una región apartada y muy vulnerable a la violencia por el abandono del Estado y su situación de pobreza”, contó el obispo de Quibdó, Juan Barreto.
Las Mercedes, como muchos pueblos de Chocó, sufrió una huida masiva en 1999 por el asedio de grupos de extrema derecha. Tras el secuestro de Alzate, la población teme engrosar la lista de ocho mil chocoanos desplazados por la violencia en 2014, según la Iglesia católica.[/doap_box]
Fuentes en la región explicaron que el único cambio perceptible en las últimas 24 horas es que sobrevuelan menos helicópteros militares en la zona. Las FARC indicaron el jueves desde Cuba que tenían constancia de que el operativo militar en Quibdó persistía y que mientras no se retiraran las tropas no se produciría la entrega, pues quieren tener la máxima garantía de seguridad para los guerrilleros que acompañarán a los secuestrados.
Tampoco hay información oficial sobre el terreno, por lo que Colombia espera en silencio a que se concrete una operación que, según medios colombianos, tendría su desenlace en algún momento del fin de semana, fundamentados en que el CICR, que coordinará la entrega, no realiza operaciones de este tipo de noche.
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