Tras el anuncio del inicio de la construcción del proyecto del Canal Interoceánico, previsto para el próximo 22 de diciembre, la plataforma de organizaciones ambientalistas que conforman el Grupo Cocibolca expresaron mediante un pronunciamiento que “existe una decisión de imponer la construcción de la megaobra sin importar los impactos y costos ambientales y sociales que generará”.
Mientras, diversos líderes comunitarios de las zonas afectadas por la ruta manifestaron que continuarán realizando diversas expresiones de rechazo ante el megaproyecto.
[doap_box title=”Voluntad sin estudios” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El científico nicaragüense Pedro Álvarez, del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Rice en Texas, Estados Unidos, y miembro de la Academia de Ciencias de Nicaragua (ACN), expresó que partiendo de los avances presentados por HKND el pasado jueves 20, “me dio la impresión de que hay voluntad política para comenzar el proyecto aunque no se haya demostrado que ya tengan suficientes fondos para completar la obra y que no van a dejar todo a medio camino”.
Álvarez afirmó: “Yo aplaudo esfuerzos para estimular la economía, pero siempre y cuando no sea al costo de daños irreparables al medioambiente y a nuestra seguridad hídrica, lo cual puede ocurrir si le dejamos todas las decisiones a empresas que velan más por sus intereses económicos que por el bienestar a largo plazo de Nicaragua”.[/doap_box]
En el pronunciamiento, el Grupo Cocibolca, integrado por nueve organizaciones, afirma que “una vez más, HKND Group y Environmental Resources Management (ERM) no realizaron la presentación de los resultados de los estudios de impacto ambiental, social y cultural, ni tampoco los estudios de factibilidad financiera, económica y comercial que nos permitan conocer de manera clara y transparente los resultados de los estudios anunciados”.
Para el Grupo Cocibolca es “más preocupante aún, que la Comisión del Proyecto de Desarrollo del Canal de Nicaragua está ausente, sin jugar ningún papel protagónico, dejando desprovistos a los nicaragüenses de una representación soberana que defienda los intereses de la nación”.
Además, las organizaciones ambientalistas cuestionan el origen del financiamiento del megaproyecto. “Seguimos desconociendo el origen de las fuentes financieras de los megaproyectos, lo cual podría poner en riesgo la seguridad de la nación, lo que legítimamente genera suspicacia”.
PRIMERO ESTUDIOS, LUEGO CONSTRUCCIÓN
En el pronunciamiento, el Grupo Cocibolca demanda ante la falta de estudios, “que no inicien las obras anunciadas para el 22 de diciembre, en tanto no se dispongan de todos los estudios técnicos, análisis independientes y las consultas correspondientes con la ciudadanía, autoridades locales y pueblos indígenas (consentimiento previo, libre e informado)”.
En las demandas del grupo también se exige “que no se subordine el desarrollo del país a la concesión otorgada, valorando otras opciones de uso sostenible de los recursos de la nación”.
Pero sobre todo, el Grupo Cocibolca pide “respeto a la libertad de expresión de la sociedad nicaragüense en defensa de sus derechos y atender a las demandas procedentes de las comunidades y territorios que reclaman respeto a su propiedad, bienes comunes y autodeterminación”.
DISPUESTOS “HASTA EL FINAL”
“Vienen más acciones, esto no va a salir de la manera más tranquila. La gente no va a entregar sus propiedades, esa es la decisión que hay, ya me han dicho cosas como que de mi propiedad, solo muerto me sacan”, aseguró Octavio Ortega, presidente de la Fundación de Municipios de Rivas (Fundemur).
Opiniones similares manifestaron otros líderes comunitarios de Nueva Guinea y Punta Gorda. Jaime Antonio Obando, líder comunitario de La Unión, Nueva Guinea, aseguró que “la gente no ha recibido la noticia de buen humor. Vamos a ver si nos agotan la paciencia, nosotros vamos a reaccionar”.
Mientras que José Torres Oporta, productor y líder comunitario en Punta Gorda, afirmó que “nosotros estamos dispuestos hasta el final, no queremos vender las tierras, no queremos dejar entrar a esa gente, si esa gente entra, seguramente que va a haber rojita (sangre) por todos lados”.
En Rivas, ubicado en el Pacífico nicaragüense, iniciarán los trabajos de construcción, que según anunciaron las autoridades, serán una carretera y un puerto, para el ingreso y traslado de maquinaria.
ACCIONES INMEDIATAS
Ortega, de Fundemur, aseguró que entre las acciones inmediatas tienen previsto para hoy reunirse en Rivas con el nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal, el obispo Jorge Solórzano.
Con esta reunión, según Ortega, lo que buscan es “solicitar el respaldo público de la Iglesia católica”.
Agregó que trabajarán a nivel nacional en la recolección de un millón de firmas en rechazo a la megaobra. Estas serán entregadas a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y a embajadas en el país.
“Esto refleja la aparente impotencia de los estudios de impacto ambiental en contribuir a que la ruta del Canal sea seleccionada para optimizar los beneficios y minimizar los riesgos para Nicaragua, en vez de para la HKND”. Pedro Álvarez, científico nicaragüense, sobre el inicio de la construcción del Canal.
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