A partir de febrero de 2015 los niños podrán entrar al mundo de Gaia Town, un videojuego desarrollado en Centroamérica que además es gratuito, interactivo, educativo, multiplataforma, diseñado en 3D y personalizable.
Según Leonardo Rodríguez, creador de Gaia Town, este es “un juego de video que no sirve solo para jugar, sino para aprender sobre sustentabilidad, sobre ambiente y responsabilidad social, tiene lecciones educativas y además el juego tiene un compromiso de responsabilidad social en el mundo real”.
Cuando juegan Gaia Town, cuyo nombre se traduce como “Ciudad de la Madre Tierra”, “los niños deben crear y desarrollar una ciudad eficiente manteniendo controlados los niveles de dióxido de carbono (CO2) y para conseguir esto tienen que superar los distintos niveles de 20 minijuegos”, explicó Rodríguez.
La prueba para superar cada nivel es una pregunta sobre la temática ambiental y de sostenibilidad.
PARA CELULARES, TABLETAS Y COMPUTADORAS
El videojuego, que tomó tres años desarrollar, está dirigido a niños de entre 6 y 11 años y, de acuerdo con Rodríguez, se tomó en cuenta la evaluación que hicieron de él maestros y especialistas.
La comunidad virtual ecológica Gaia Town estará disponible en inglés y en español en las tiendas de aplicaciones App Store y Google Play. También funcionará en teléfonos y tabletas con Android e iOS y en computadoras las tiendas de aplicaciones de tabletas y computadoras y además ofrecerá a las empresas la oportunidad de enfocar su responsabilidad social empresarial a temas educativos con sus propias iniciativas dentro de la ciudad que tienen que crear los niños en el juego.
7 países simultáneamente presentarán el videojuego educativo Gaia Town: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.
CONSTRUIR UNA CIUDAD
Leonardo Rodríguez, creador de Gaia Town, explicó que en el juego el niño “debe ir construyendo la ciudad, incorporar viviendas con habitantes, incorporar comercios de distinta índole, tiendas, supermercados, peluquerías, farmacias, servicios básicos, empresas de reciclaje”.
En su ciudad, además de tener que mantener el nivel de dióxido de carbono “a raya”, “hay un indicador de dinero, el indicador de energía, el nivel de experiencia que permite hacer cosas más sofisticadas en la ciudad y la cantidad de habitantes”, agregó Rodríguez.
En el juego el niño desempeña un rol de alcalde de la ciudad, pero además se encarga de recolectar los desperdicios y de cobrar la renta.